El conflicto que las gremiales de docentes y estudiantes mantienen con el gobierno de Tabaré Vázquez sobre el presupuesto de educación derivó en una violenta represión policial a militantes gremiales y alumnos. Según se informó, siete efectivos y cinco manifestantes resultaron heridos y debieron ser trasladados al hospital. Fueron detenidas doce personas, 11 hombres y una mujer.
Las protestas se dan en medio de una ofensiva de los sindicatos contra el gobierno uruguayo en reclamo de aumentos salariales para los docentes y del gasto total que se dedica a la educación pública. El gobierno ha respondido que desde que el Frente Amplio conduce el país, en 2005, el presupuesto de enseñanza ha crecido como nunca y que en el proyecto de presupuesto que está a consideración del Parlamento, los sueldos de maestros y profesores son los que tienen aumentos privilegiados respecto a todo el funcionariado público.
Pero los gremios consideran que la propuesta es insuficiente e insisten con marchas, paros y el intento de ocupaciones de centros de estudio.
En este caso, el gremio de estudiantes había decidido ocupar la sede de la autoridad de la enseñanza (la Administración Nacional de Educación Pública - ANEP) y los directores de ese organismo no podían ingresar a sus despachos.
El Ministerio de Trabajo concurrió al lugar a comunicarles a los gremialistas que se había decido desalojar el edificio, en aplicación de la normativa que no permite a los gremios pasar a controlar oficinas estatales. Los estudiantes rechazaron la medida y decidieron resistir el desalojo. El gremio de jóvenes contó con el apoyo de sindicalistas docentes y con militantes de una agrupación de izquierda radical llamada "Plenaria Memoria y Justicia".
Una división especial de la Policía, la Guardia Republicana, fue la encargada de sacar a los militantes del edificio ocupado. La acción -resistida por ellos- tuvo escenas de violencia y detuvieron a varios dirigentes sindicales, entre los cuales estuvo el presidente del gremio de profesores de Enseñanza Secundaria, Emiliano Mandacen.
Fuente: La Nación