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Donald Trump y Elon Musk están desmantelando y sacudiendo las bases de la democracia de EEUU, afirma un artículo publicado por la agencia de noticias estadounidense The Associated Press con la firma de la periodista Lisa Mascaro.
La reciente incursión de Elon Musk en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) ha generado un terremoto político en Washington, desencadenando una serie de cambios radicales que están redefiniendo el funcionamiento del gobierno federal, plantea de entrada la publicación, que en su desarrollo expone algunas amenazas implícitas en la gestión de Musk contra las bases del sistema de gobierno republicano, federal y democrático.
Lo que comenzó como una promesa de optimización y reducción del despilfarro se ha convertido en una transformación sin precedentes, marcada por el cierre de agencias, la congelación de fondos federales y una creciente controversia sobre la legalidad y el impacto democrático de estas acciones, advierte y agrega: Tres semanas después de que el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, anunciara con entusiasmo los ‘muchos cambios’ que traería la administración de Donald Trump, el panorama es desolador para muchos.
"Violación sin precedentes de la privacidad"
El DOGE, bajo la dirección de Musk, ha llevado a cabo una reestructuración agresiva que ha dejado a miles de empleados federales en la incertidumbre y ha paralizado programas gubernamentales de larga data, señala. Y a renglón seguido aborda una de las acciones más controversiales del órgano liderado por el dueño de X: la información más sensible del Departamento del Tesoro de innumerables estadounidenses se abrió al equipo DOGE de Musk “en una violación sin precedentes de la privacidad y el protocolo”, remarca la publicación de AP.
Brian Riedl, exasesor económico de republicanos conservadores y ahora miembro del Manhattan Institute, no duda en calificar estas acciones como una "erosión de nuestra democracia".
La asociación entre Trump y Musk, dos figuras conocidas por su desdén hacia las normas establecidas, ha intensificado la confrontación entre el poder ejecutivo y el legislativo, dejando al Congreso en una posición de debilidad frente a la marcha implacable del DOGE, compuesto principalmente por jóvenes ingenieros y tecnólogos, algunos de ellos menores de 25 años, reclutados por Musk para neutralizar la capacidad de gestión del Estado.
El Congreso en jaque
El Congreso, tradicionalmente guardián del poder de la bolsa y creador de leyes, se ha visto superado por la velocidad y la audacia de las acciones del DOGE. A pesar de las numerosas demandas judiciales para detener estas medidas presentadas en todo el país, el equipo de Trump y Musk ha continuado avanzando, desmantelando agencias y programas con un enfoque que algunos describen como una "toma hostil" del gobierno federal.
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El líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, ha sido uno de los críticos más duros, calificando al DOGE como un "gobierno en la sombra no electo" que está llevando a cabo una reestructuración unilateral del Estado. En respuesta, Musk ha defendido sus acciones en su plataforma X, argumentando que las "reacciones histéricas" son una señal de que el DOGE está haciendo un trabajo que realmente importa.
El espíritu disruptivo de la asociación entre Trump y Musk no es nuevo. Durante su primer mandato, Trump había desafiado al Congreso al desviar fondos federales para construir partes del muro fronterizo con México. Sin embargo, en su segundo mandato ha llevado esta confrontación a un nivel superior fortalecido por la colaboración de Musk, quien invirtió 200 millones de dólares en la campaña del republicano y personifica la filosofía tecnológica de "mover rápido y romper cosas".
El fin justifica los medios, como argumento
El objetivo declarado de DOGE es ahorrar dinero eliminando el despilfarro, el fraude y el abuso. Sin embargo, sus métodos han sido criticados por ser descaradamente ilegales y por socavar las instituciones democráticas. Sharon Parrott, presidenta del Centro de Prioridades Presupuestarias y Políticas, advierte que el éxito de este esfuerzo sería "catastrófico para nuestro sistema de gobierno".
Aunque muchos republicanos han elogiado los esfuerzos de Trump y Musk por reducir el tamaño del gobierno federal, otros dentro del partido expresan preocupación por el alcance y la velocidad de estas acciones. El senador republicano Kevin Cramer, de Dakota del Norte, ha reconocido que el DOGE proporciona una "tapadera" para aquellos que desean recortar fondos federales sin tener que enfrentarse al escrutinio público.
Mientras el senador Thom Tillis, de Carolina del Norte, ha señalado que, aunque apoya algunas de las medidas, no dudará en oponerse si el presidente "va demasiado lejos". Esta división refleja el dilema al que se enfrentan los republicanos: cómo equilibrar su retórica de reducción del gobierno con la realidad de los programas de los que dependen millones de estadounidenses.
Futuro incierto
Lo que está claro es que la asociación Trump-Musk ha desencadenado una transformación radical del gobierno federal, pero a un costo significativo. Las protestas públicas, las demandas judiciales y la creciente polarización política son señales de que este experimento está lejos de ser aceptado universalmente.
Mientras tanto, el DOGE continúa avanzando, desafiando las normas establecidas y dejando una pregunta crucial en el aire: ¿estamos presenciando una reforma necesaria o el desmantelamiento de la democracia estadounidense tal como la conocemos?, cuestiona el artículo de AP.
En un momento en que las instituciones democráticas están bajo presión en todo el mundo, el caso de DOGE sirve como un recordatorio de los riesgos de ceder demasiado poder a figuras no electas y de la importancia de mantener un equilibrio entre la eficiencia y la rendición de cuentas.