The Grandmaster abrió Berlín

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El director chino Wong Kar Wai inauguró el Festival de Cine de Berlín con "The Grandmaster", un homenaje al genio del kung-fu Bruce Lee, que en lugar de ritmo, acción y golpes se plasma en filosófica y trascendente belleza.

Según el creador de "2046", "Bruce Lee fue el héroe de mi infancia, sólo que las artes marciales además de golpes certeros y mortales encierran principios, honor y mucha filosofía", en tanto Wong llegó a Berlín como presidente de su jurado internacional.

"Las artes marciales son un código que se trasmite de generación en generación y que cada generación enriquece con nuevas prácticas", explicó el cineasta.

"The Grandmaster", fuera de competencia, es un espectáculo que va de la fascinación coreográfica por el kung-fu, entre hermosos paisajes helados y combates callejeros bajo inclementes diluvios, a la búsqueda de la esencia del honor y la traición a ese principio.

El filme arranca en la China de 1936, año de la invasión japonesa, donde el enemigo no es solo ese invasor extranjero, sino también la hostilidad norte-sur entre dos clanes; abarca hasta finales de los 50, con el personaje principal, Ip Man, convertido en gran maestro para Bruce Lee.

En medio, una historia de amor entre el perfecto luchador y la Miss Gong, única rival que alcanza a vencerlo con una forma de lucha específica de su clan, el llamado juego de las 64 manos.

Wong coloca al frente de su filme a dos superestrellas del cine asiático, Tony Leung -protagonista de "Con ánimo de amar", del mismo director, y Zhang Ziyi, actriz de "El tigre y el dragón" y "Memorias de una geisha".

El director regresó a la Berlinale como director y presidente de un jurado del que forman parte Tim Robbins, el director alemán Andreas Dresen y la iraní Shirin Neshat, exponente de los cineastas de su país bajo la tenaza de Teherán.

Wong, de 54 años, presentó en el mismo festival, en 1988, su ópera prima, "Cenizas del tiempo", entonces en el Foro del Cine Joven, y ocho años después regresó con "Ángeles caídos" y en 1997 se llevó en Cannes el premio al mejor director con "Felices juntos".

Recibió el César francés en 2001, con "In the mood for love", la película a la que inevitablemente remiten las secuencias más bellas de "The Grandmaser". Y en 2004, la Academia del Cine Europeo, con sede en su Berlín "amigo", le premió por su película "2046".

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