Trabajadores de la salud "quemados" y con múltiples empleos para poder subsistir le enviaron una carta a Rodolfo Suarez pidiendo auxilio y alertando por el calamitoso estado de la salud pública.
Fue tras la marcha de autoconvocados que hicieron el sábado, en la cual expresaron, además, su disconformidad tras el acuerdo salarial que aceptó AMPROS, el gremio de los profesionales médicos.

Los profesionales médicos manifestaron en la misiva a Suarez su "enorme preocupación por el estado actual de la salud pública mendocina", y enumeraron una serie de puntos que el mandatario debería atender.
Entre éstos, resaltaron que "la pérdida del poder adquisitivo del sector de la salud ha derivado también en el pluriempleo", esto es, la búsqueda de dos o más trabajos para sobrevivir.
En ese sentido, estos trabajadores no son ajenos a un indicador que se extiende en Mendoza: crece mes a mes la cantidad de personas que tienen trabajo y aún así buscan otro ingreso que les permita llegar a fin de mes. Es decir, se consolida en la Provincia un ejército de trabajadores pobres.
Ese dato debe leerse linkeado con otro sobre el mercado laboral mendocino: el salario promedio del sector privado en Mendoza está por debajo de la línea de pobreza según las últimas estimaciones., que lo ubicaban en enero de 2022 en 74.000, mientras que lo mínimo que debe reunir una familia roza los 100.000 pesos, sin contar el alquiler.
Es decir, que mientras el índice de desempleo muestra una lenta recuperación, los salarios de quienes tienen empleo en el sector privado de Mendoza sufrieron un marcado deterioro. La tendencia es anterior a la pandemia.
Esta es la carta completa de los trabajadores de la salud a Suarez:
Los abajo firmantes, ciudadanos de la provincia que Ud. gobierna, nos manifestamos mediante la presente para hacerle llegar nuestra enorme preocupación por el estado actual de la salud pública mendocina.
Entendiendo la fragmentación y segmentación del sistema de salud es que podemos concluir que la gestión en salud no es algo sencillo. Sin embargo, vemos con preocupación que las tareas que están más al alcance del poder estatal no están siendo aquilatadas con justicia.
La alarma se enciende tras los dichos de la ministra de Salud, Desarrollo Social y Deportes, Ana M. Nadal en un matutino provincial: los salarios de los miembros del equipo de salud con vinculación al Estado (Régimen 27, 15 y otros) no estaban -según reza la nota- entre sus prioridades.
Sin quitar mérito a los otros asuntos que sí nombró, quisiéramos manifestarle porqué nos parece pertinente tomar cartas en el asunto que mencionamos.
1) Si la pandemia fue desde su aparición un problema urgente, sus consecuencias -que ahora no se miden tanto en tasas de letalidad o relación de camas UTI ocupadas- están siendo devastadoras. Las consecuencias de los manejos inadecuadas de las Enfermedades Crónicas No Trasmisibles, las complicaciones de la enfermedad por COVID, los trastornos de la salud mental en niños, niñas, adolescentes y adultos, las carencias nutricionales producto de la crisis económica entre muchos etcéteras requieren de una infraestructura y sobre todo un equipo de salud con especial lucidez y trabajo interdisciplinario.
Sin embargo, no sabemos de políticas masivas para el cuidado del personal, la prevención o tratamiento del Síndrome de Burn Out, ni sobre nuevas políticas públicas para pesquisa, tratamiento y seguimiento de los pacientes que -sabemos- no son los mismos que antes
2) La pérdida del poder adquisitivo del sector de la salud ha derivado también en el pluriempleo. Tal como resaltan la OIT y la OPS el mismo medra las condiciones laborales de trabajo lo que complica la disponibilidad del personal de salud para actividades preventivas. ¿Cuántas reuniones de trabajo en interdisciplina se pueden hacer si la demanda de pacientes se “resuelve” sobrecargando una agenda de atención? ¿Cuántas redes en salud se pueden activar si quienes estamos puertas adentro del centro de salud u hospital tenemos que salir de un trabajo a otro rápidamente? ¿Qué tan disponible se encuentra una persona que intenta cuidar de otra si el agotamiento lleva más de dos años?
3) Por último, rescatar el hecho de que la política de bajos salarios en el sector estatal, de la que se vanagloria paseando el “superávit” por distintos medios, medra no solo el sector público estatal sino también el de la Obra Social de sus empleados: la recaudación vía salarios es baja, mientras los gastos en salud son cada vez mas altos. La crisis en OSEP era tan previsible como el huevo de la serpiente. Sin embargo, la crisis estalló: actualmente es casi imposible conseguir turnos, difícil recibir atención por guardia, sin mencionar las patologías que requieren gastos enormes que, para colmo de males, dejan a sus cuidadores haciendo interminables papeleos y filas.
Por todo esto es que, en virtud de las necesidades sentidas y objetivas de la población mendocina, llamamos a la reflexión a Ud. y sus ministros para jerarquizar como es debido el asunto salarial del sector salud como una de las tantas aristas que tiene el problema sanitario provincial.