En medio de crecientes tensiones raciales y protestas violentas en distintas partes de Estados Unidos por los incidentes en que policías blancos dispararon y mataron a hombres negros desarmados en Nueva York y en el estado de Missouri, y dos días después del asesinato de dos agentes de Nueva York al parecer vinculado con otros casos similares, el fiscal, John Chisholm, del Condado de Milwaukee, anunció que no presentará cargos contra el expolicía blanco Christopher Manney -expulsado del cuerpo en octubre por razones disciplinarias- por haber matado de 14 tiros al ciudadano negro Dontre Hamilton, en abril pasado, ya que, según su criterio "actuó en defensa propia justificada".
Mientras tanto, los medios locales aseguran que los policía de Nueva York han recibido nuevas instrucciones para extremar la alerta y sus precauciones tras el asesinato de los agentes Rafael Ramos y Wenjian Liu, acribillados en el distrito de Brooklyn por Ismaaiyl Brinsley, quien luego fue encontrado muerto, en una estación de subte cercana.
A través de las redes sociales, el atacante, de raza negra, advirtió que el asesinato de los dos agentes estaba vinculado con la muerte de dos afroamericanos, Eric Garner y Michael Brown, el primero muerto en Nueva York en julio y el segundo en Ferguson, estado de Missouri, en agosto, a manos de policías blancos que les dispararon pese a que estaban desarmados, hechos que generaron numerosas protestas en Estados Unidos, especialmente después de que dos jurados populares decidieran no procesarlos por considerar que actuaron en defensa propia.
Hoy, en una decisión similar, el fiscal de Milwaukee confirmó que no presentará cargos contra Manney. Chisholm reconoció que la muerte de Hamilton "fue un incidente trágico para la familia y para la comunidad", pero agregó que "según todas las pruebas y análisis presentados, he llegado a la conclusión de que el uso de la fuerza del agente Manney en este incidente fue en defensa propia justificada". En función de esa versión de los hechos, Chisholm no vio un argumento razonable" con el que "acusar al agente Manney de un crimen".
La familia de Hamilton ha pedido en varias ocasiones que se formulen cargos con el agente, al igual que han exigido las manifestaciones que han tenido lugar en Milwaukee en protesta por la actuación del agente, quien disparó 14 veces contra Hamilton, de 31 años, el pasado 30 de abril, durante un suceso que empezó cuando empleados de una cafetería llamaron a la policía quejándose de que la víctima dormía en un parque del centro de la ciudad.
Un par de agentes comprobaron sobre el terreno los hechos y concluyeron que Hamilton no suponía ninguna amenaza, según una investigación interna de la Policía. De acuerdo con la indagación policial, Manney no tuvo constancia de la intervención de sus compañeros, acudió al parque y empezó a cachear a Hamilton, quien se revolvió y le arrebató la porra para golpearle en el cuello. Finalmente, Manney propinó catorce disparos a Hamilton en cuestión de tres o cuatro segundos, según el informe del fiscal.
Días después del tiroteo, la policía alegó que el fallecido sufría problemas mentales, mientras su familia afirmó que recibía tratamiento por esquizofrenia, pero no era violento, y recordó que en varias ocasiones había pedido a la policía que impartiera entrenamiento a los agentes para afrontar situaciones de personas con problemas psiquiátricos, aunque Manney no recibió curso alguno.
La muerte de Hamilton y, sobre todo, la decisión de no procesar a Manney, amenaza perpetuar las tensiones raciales desatadas en Estados Unidos tras los casos de Garner y Brown. El propio presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha admitido que esos casos representan un "problema nacional" y ha reafirmado su compromiso con el mejoramiento de la relación entre la policía y las minorías del país.
Ayer, Obama condenó desde Hawaii, donde está de vacaciones por Navidad, el asesinato de los dos policías de Nueva York. "Los agentes de policía merecen nuestro respeto y gratitud cada día", subrayó Obama en un comunicado.
Fuente: Página 12