Al menos 27 personas murieron y unas 75 resultaron heridas por la explosión de un coche bomba en Ankara, capital de Turquía. Según testigos, la explosión ocurrió cerca de una parada de autobús en el parque Guven, que está cerca de muchos ministerios del Gobierno. Algunos vehículos estaban en llamas.
El diario Hurriyet dijo que la última explosión ocurrió alrededor de las 18.41 locales (13.41 de Argentina) y que muchas ambulancias estaban en el lugar. La zona estaba siendo evacuada ante un posible segundo ataque.
Ningún grupo se ha adjudicado la autoría del ataque. Sin embargo, un funcionario de seguridad dijo a la agencia de noticias Reuters que los resultados iniciales sugirieron que era obra del Trabajadores del Kurdistán (PKK) o un grupo afiliado. El gobierno de Turquía está aprovechando la crisis de los refugiados para fondearse con euros de la Unión Europea a cambio de cerrar el tránsito de inmigrantes de Medio Oriente, quienes huyen espantados por la guerra. Al mismo tiempo, Rusia lo acusa de jugar a favor del Estado Islámico y otros grupos armados enfrentados al gobierno sirio de Basher Al Assad, la causa fundamental del gran parte de la sangría poblacional de Siria hacia Europa.
El primer ministro Ahmet Davutoglu convocó a una reunión de seguridad de emergencia.
Las imágenes de la escena mostraron cuerpos en el suelo y rescatistas trabajando enérgicamente por salvar vidas.
El corresponsal de la BBC en Estambul, Mark Lowen, dice que tres ataques en la capital turca en menos de seis meses muestran las múltiples amenazas a la seguridad que Turquía enfrenta.
El mes pasado, un ataque con bomba contra un convoy militar en Ankara mató a 28 personas e hirió a decenas más.
Fue reivindicado por un grupo militante kurdo los Halcones de la Libertad del Kurdistán (TAK), que dijo en su página web que actuó en represalia por la política del presidente Recep Tayyip Erdogan.
El pasado octubre, más de 100 personas murieron en un atentado doble suicida en una manifestación por la paz kurda en Ankara.
Fuente: BBC Mundo