Un grupo de mendocinos dedicó el domingo pasado a rescatar carpas del dique Carrizal, que quedaron boqueando sobre la arena por la bajada constante del agua. Es una postal clásica que puede verse desde hace años en el oeste pampeano cuando deja de correr el agua del Atuel, y que ahora ante la sequía sin precedentes en Mendoza está a la vista en cualquiera de los ríos o diques afectados.
El dique Carrizal es alimentado por el dío Tunuyán, uno de los afectados por la bajantede agua. Este verano escurre con 50% de su caudal histórico en un año promedio. El panorama es mucho peor al que esperaban en Irrigación, que advirtió en octubre de 2019 que esta temporada el río traería poco más de la mitad de su caudal.
El último boletín de Irrigación señala que el Tunuyán en el tramo que abastece el Carrizal trae 26 metros cúbicos por segundo, cuando en un año medio debería traer 44. El dique, en tanto, está a 38% de su capacidad, según ese mismo organismo.
Los voluntarios compartieron el rescate de peces (carpas), en un grupo llamado "Yo amo al Carrizal", donde la comunidad que usa frecuentemente el embalse se comunica o pide y comparte información.
"Este domingo realizamos con un grupo de amigos el rescate de peces en el dique Carrizal -contó Mauricio Vitale-. Al bajar el agua del dique quedan lagunas y muchos peces. Rescatamos más de mil y los devolvimos al dique".