Un opinógolo que resume en el diario El Mundo lo que ese medio madrileño defiende desde su fundación, firmó un acta de fe sobre los principios rectores de la línea editorial para la que trabaja.
"Que muera un pobre es importante para los familiares pero que muera un rico es trágico para España. Lo fundamental en un país son sus ricos y la turba es intercambiable. Lo que da identidad, elegancia y distinción a un Estado son sus millonarios", escribió Salvador Sostres en El Mundo en referencia a la muerte de Emilio Botín, dueño del Grupo Santander, que en Argentina los recuerdan los ahorristas por haberse distraído cuando tenía que levantar el quebranto de su filial y los funcionarios de principios de los '90 por los aprietes de sus delegados locales para sacar compensaciones estatales por estafar a sus clientes.
"La muerte de Botín sería un drama en cualquier país civilizado y en España la moda es insultar a los banqueros; pero si la riqueza tuvieran que crearla los canallas de los escraches nos habríamos muerto todos de hambre", proclamó Sostres por si quedaban dudas a cerca de los intereses por los que da la vida.
Y si quedan ganas de seguir leyendo loas a la burguesía financiera y rapaz que requiere del hambre de miles de millones de personas para acaparar sus miles de millones de billetes el Sostres tiene más: "Si todavía tienes algún derecho, oh quejica de cada pancarta, es porque Botín te lo paga. ¿Quién crees que mantiene la socialdemocracia? ¿Quién crees que financia las conquistas sociales? ¿Quién la sanidad de tu hijo, su escuela, tu subsidio? ¿Los sindicatos? ¡Madura, por el amor de Dios! Si fueras la mitad de imbécil y el doble de agradecido, seríamos un país más rico, y más refinado".