La Palma de Oro de Cannes (entregada por Quentin Tarantino y Uma Thurman) recompensó este sábado el drama existencial y clásico "Winter Sleep", del turco Nuri Bilge Ceylan, de 55 años. Rodada en un pueblo de Capadocia cubierto por la nieve, en el centro de Anatolia, "Sueño de invierno", que está inspirada en tres relatos breves del ruso Anton Chejov, es protagonizada por tres personajes que debaten largamente sobre la moral y la vida.
"Mi filme trata del empecinamiento de los hombres a seguir esforzándose sin jamás bajar los brazos y pese a la soledad, la tristeza y los acontecimientos tragicómicos que los llevan a su destino", comentó en Cannes el realizador turco, que había ido cinco veces a Cannes sin jamás arrebatar la Palma de Oro.
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La acción de "Sueño de invierno" es mínima: un niño lanza una piedra contra un vehículo y quiebra el vidrio, dos turistas japoneses llegan al pequeño hotel Othelo, propiedad de Aydin, ex actor de teatro que vive allí con Nihal, su joven esposa y Necia, su hermana, y que escribe editoriales en un pequeño diario de la región y prepara un libro sobre el teatro.
Pero, aunque al parecer nada sucede durante esta película que dura más de tres horas, las conversaciones, siempre intensas y a veces muy largas, envuelven al espectador, que se sumerge y se vuelve partícipe de ese encierro, gracias a la veracidad de los actores, cuya mínima expresión es recogida por el camarógrafo Gokhan Tirayak.
La presidenta del Jurado, la cineasta neozelandesa Jane Campion, calificó el filme de "un verdadero poema", en la rueda de prensa tras la premiación.
Aunque nunca había sido coronado con una Palma de oro, Cannes ha aplaudido a Ceylan desde sus comienzos, atribuyendo en 2003 su película "Uzak" con el Gran Premio, el más codiciado galardón después de la Palma de oro. El cineasta recibió el premio al mejor director en 2008 con "Tres monos" y su "Érase una vez en Anatolia" le valió en 2011 otro Gran Premio.
Y en 2012 fue galardonado con la Carroza de Oro, el premio que la Sociedad de Realizadores Franceses atribuye en el Festival de Cine de Cannes.
En "Sueño de invierno", Ceylan saca a la luz lentamente, y con una fina lucidez no exenta de humor negro y crueldad, lo que hay detrás de las apariencias, desnudando las contradicciones de los tres personajes.
Ceylan, que subrayó en Cannes que lo que le interesa son los dilemas morales y la desilusión del hombre moderno, es considerado un cineasta clásico, heredero del gran realizador sueco Ingmar Bergman, autor de "Escenas de la vida conyugal" y "Gritos y susurros".
Fuente: AFP