En una nueva audiencia del IV Megajuicio de Lesa Humanidad declaró María Susana Balmaceda, confesa amiga de Otilio Romano, ofrecida como testigo por la defensa del exjuez, quien trabajó "en una relación cordial" con Luis Miret y Max Petra, todos ellos acusados por crímenes de lesa humanidad.
La testigo fue indagada por la Fiscalía con respecto a la causa que investigaba la desaparición del matrimonio Manrique Terrera y la apropiación de su hija, Celina Manrique, única nieta recuperada en Mendoza a instancias de Abuelas de Plaza de Mayo y una de las causas por las cuales está en el banquillo de los acusados Romano.
La desaparición del matrimonio, y la posterior supresión de identidad de Celina Manrique -por la que se acusa a Romano de omisión de justicia- fueron considerados por la testigo como "errores" en cuanto a la ausencia de investigación, pero desligó al exjuex de "mala intención".
Se lo acusa a Romano bajo la figura del artículo 274 del Código Penal: "El funcionario público que, faltando a la obligación de su cargo, dejare de promover la persecución y represión de los delincuentes, será reprimido con inhabilitación absoluta de seis meses a dos años, a menos que pruebe que su omisión provino de un inconveniente insuperable".
La testigo expresó que “cuando era fiscal de cámara exhumó el trabajo en orden a las denuncias formuladas y registró que no había información sobre la desaparición de bebés”.
Según la acusación de la Fiscalía, la causa de apropiación de Celina, la hija del matrimonio Terrera-Manrique, fue archivado en lugar de ser investigado cuando Romano era fiscal de la causa. Cuando Romano oyó nuevamente esa acusación en la audiencia gritó desde su lugar: “¡Mentira!”. Su interrupción mereció la intervención del Presidente del Tribunal que lo amonestó porque "no es la primera vez que Romano, a viva voz, entorpece la labor del Fiscal", según indica el sitio juiciosmendoza.blogspot.com.ar.
La Ley de obediencia debida establecía excepción a la norma en casos de sustracción de menores y apropiación de bienes materiales. Sobre este aspecto, fue consultada por la Fiscalía y con respecto a la decisión del exjuez Romano de archivar esa causa, respondió: “No puedo emitir opinión de algo que no me corresponde, desconozco el expediente”.
La testigo cerró su testimonio al decir: “Errores podemos cometer todos porque somos humanos, pero nunca advertí una mala intención”.