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En primera línea de fuego, junto a las guerrillas kurdas y contra el grupo Estado Islámico, las conocidas como Unidades Femeninas de Protección, o YPJ en kurdo, unen sus fuerzas con los combatientes hombres para defender su tierra.
Algunas de estas jóvenes han dejado sus casas y sus sueños para luchar por lo que creen. En este terreno polvoriento se sienten como si hubieran adquirido experiencia a más velocidad de lo normal, más mayores y más sabias, aseguran.
Dilbreen, de17 años, lo explica: “Me uní al YPJ voluntariamente. Me uní para defender a los kurdos, los árabes, los cristianos, a todos. Defenderé mi país y a todos aquellos que luchan por él”.
Su comandante, Çiçek, que lleva más de una década luchando explica las diferencias de los sexos en el campo de batalla: “Los hombres pelean físicamente, mientras que las mujeres lo hacen con la cabeza y la planificación. La mujer sabe cuándo usar armas, y naturalmente odia la violencia de la guerra. No obstante, nos fuerzan a defendernos. Nos educan con esa perspectiva”.
El rol de esposa, madre y ama de casa queda atrás, el frente es otro mundo en el que muchas de ellas cambian totalmente. Es el caso de Zireena, de 18 años: “En casa todas nos cuidamos más que en el frente. Cuando llego al frente no soy la misma, me siento como una adulta, y sé y comprendo las cosas mejor”.
Solo tras un duro entrenamiento estas jóvenes entran de lleno en el YPJ. Vigilando el cuartel general, estableciendo controles de caminos y, por supuesto, en la lucha en el frente.
Fuente: Euronews