El oficialismo del SUTE acusó a la opositora Lista Marrón -de izquierda- y a ATE de patotear a un militante. Del otro lado contestaron que los denunciantes "son los únicos que tienen patota".
Por Javier Polvani
@javierpolvani
En pleno debate por la recomposición salarial de los trabajadores del Estado, explotó publicamente una pelea entre dos facciones del sindicalismo mendocino que lleva años de desarrollo, a prudente distancia de las cámaras. La exteriorización del enfrentamiento se dio en la interna de la paritaria docente, la que presenta más trabajadores involucrados en la negociación y una feroz interna entre el oficialismo y la oposición en el Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación.
La conducción del SUTE denunció a la Lista Marrón, del gremio, y a ATE de atacar a uno de sus militantes mientras se desarrollaba la reunión paritaria de los docentes, el lunes en la tarde, en la Subsecretaría de Trabajo. Los acusados desmintieron y repudiaron la denuncia del oficialismo del SUTE, encarnado por la Lista Celeste.
"Fernando Valenzuela, empleado de maestranza del Sindicato, guardaba unas banderas en uno de los vehículos del SUTE, cuando fue salvajemente golpeado por un grupo de opositores a la conducción del gremio", denunció el oficialismo del sindicato de los docentes.
"ATE repudia y desmiente las falaces declaraciones formuladas por el secretario general del SUTE, Adrían Mateluna, referidas a supuestas agresiones sufridas por un empleado del SUTE", replicó la secretaria general de los estatales, Raquel Blas.
La denuncia pública del SUTE la hizo Mateluna, mientras la contestación de parte de los denunciados la encabezó Blas junto a Martín Dalmau, legislador provincial electo por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores. Dalmau, Sebastián Henríques, de la Lista Marrón del SUTE, y Gabriela Blas, de ATE Educación, fueron apuntados por el titular del SUTE como "instigadores y testigos de lo ocurrido".
"El SUTE es un sindicato sumamente democrático y todos los trabajadores pueden participar y expresarse. Tenemos asambleas en las escuelas y plenarios departamentales y provinciales. Todas las voces son oídas y siempre, por votación a mano alzada, se toman las decisiones. Los sectores de oposición deben discutir en los múltiples ámbitos que ofrece y garantiza nuestro estatuto y no a través de la violencia física o verbal", enfatizó Mateluna.
La respuesta en boca de Blas no se hizo esperar: "El único sindicato que ha tenido una patota en forma sistemática, desde que arranco la paritaria, impidiendo el ingreso a la paritaria de los trabajadores de la Educación es la propia conducción de la Celeste, encabezada por el propio Mateluna. Esta mentira (la denuncia de agresión), intenta tapar la ilegítima actitud de desobediencia al mandato del plenario y el levantamiento del paro, sin contar con los dos tercios del plenario para su aprobación".
Divididos por la década ganada
La división del frente estatal de sindicatos tiene una historia de años. El SUTE era parte de la asociación de gremios de empleados públicos que integran como columna vertebral ATE, AMPROS, Judiciales y FADIUNC.
Cuando Celso Jaque asumió la gobernación, a fines de 2007, el sindicato de los docentes rompió con el frente gremial, arrastrado por Gustavo Maure, líder histórico fundador de la Lista Celeste, quien tejió una alianza con el gobierno provincial a partir de la conformación de la agrupación kirchnerista Colina. Mientras tanto, los otros gremios del frente asumieron un rol opositor al kirchnerismo y al peronismo gobernante en Mendoza.
El SUTE crujió fuerte con esa decisión, puesto que el entonces secretario general de la entidad, Eduardo Franchino, avalado por Maure para llegar a la conducción, no estaba de acuerdo con la ruptura del frente estatal. Esa postura le costó un golpe interno que lo derrocó de la Secretaría General del gremio. La afinidad con el kirchnerismo del gremio local de los docentes se dio en sintonía con el camino que transitaba a nivel nacional la CTERA, que agrupa a sindicatos provinciales entre los que resalta el SUTE. La CTERA a nivel nacional también rompió con ATE, su viejo aliado en la Confederación de Trabajadores Argentinos (CTA).
La ruptura del frente estatal tuvo efectos en la CTA de Mendoza, actualmente partida en dos, con conducciones diferente. Raquel Blas por un lado, con la fuerza que le dio ganar los primeros comicios realizados por el consorcio gremial surgido en la década del '90. Los dirigentes del SUTE, que protagonizaron la línea interna que perdió con Blas, desconocieron el resultado de las elecciones y conformaron otra CTA en la provincia al mando de Gustavo Correa, aliado histórico de Maure.
Después de echar a Franchino, la Lista Celeste convalidó dos veces (primero con Javier Guevara y luego con Mateluna, en la cabeza de la lista) en las urnas su supremacía entre las bases de la docencia, aunque la actividad militante de la oposición se radicalizó con la incursión y crecimiento de la Lista Marrón, ajena a la construcción de Maure, desde donde surgió la tercera línea en pugna en la interna del gremio de los maestros, la Lista Lila.
En la Marrón tiene participación el Partido de los Trabajadores Socialista, liderado en la provincia por el diputado nacional Nicolás del Caño, además de dirigentes independientes de izquierda. Este sector tiene aceitada relación con los gremios que mantienen el frente estatal.
Al mismo tiempo que en el SUTE de radicalizaba el enfrentamiento interno, Raquel Blas comenzó la construcción de ATE Educación con la intención de ganarle espacio al histórico gremio de los educadores mendocinos. El SUTE tiene la exclusividad de la representación paritaria de los docentes mendocinos.