Unidos para los analistas mediáticos que les quieren creer y desorganizados para la militancia. Así están los capitanes del PJ tras la derrota en las PASO.
OPINIÓN
Unidos para los analistas mediáticos que les quieren creer y desorganizados para la militancia, que no cree ni en los analistas ni en las fotos. Así están los capitanes del peronismo mendocino entre la derrota escandalosa en las PASO y la amenaza de un resultado peor en octubre.
Desde el 11 de agosto a la noche, cuando las urnas se rieron de los pronósticos de empate técnico o ajustada derrota que los mismos capitanes peronistas con ayuda de los analistas se encargaron de difundir en la previa a las PASO, en la interna del PJ es incesante el cruce de facturas. Aunque para los analistas y los capitanes no pase nada de eso. En ambas tribunas pulula la idea de una campaña reorganizada por el omnipresente operador Juan Carlos Mazzón con creativos nuevos llegados desde las ligas mayores de la política nacional.
Que una mesa colegiada presidida por Paco Pérez hará lo que no supo hacer Carlos Ciurca como jefe de campaña. Que los intendentes van a trabajar esta vez para que no se repita el resultado del 11 de agosto. Que la imagen del gobierno provincial y de los municipales en poder de los peronistas va a tapar la kirchnerización de la que quedó preso el peronismo local luego del 2011, cuando Cristina Fernández arriaba a multitudes y garantizaba la continuidad del peronismo, a pesar de la pésima consideración que los mendocinos se formaron sobre la gestión de Celso Jaque, con Pérez como ministro de la primera hora. Que cuando el poder local está en juego no es lo mismo que cuando sólo se juega la representación mendocina en el Congreso...
Todo eso y muchas otras especulaciones más salen de la boca de los capitanes del Partido Justicialista y los analistas que marcan el tiempo entre las PASO y las generales legislativas de octubre. Los capitanes y los analistas son los mismos que perdieron en agosto con discursos similares. Porque la campaña del peronismo en agosto comenzó con la negación del alineamiento al kirchnerismo a favor de la provincialización y municipalización de la campaña, que ahora aparecen como la salvación de los peronistas de Mendoza. Todo eso murió cuando la Presidenta apareció en el centro de la escena electoral, sin que ningún capitán del peronismo local se atreviera a desautorizarla o a correrse del alineamiento.
A las urnas les importó un bledo la prédica de los capitanes y los analistas, como las construcciones estadísticas de los gurú que las sustentaron. Los capitanes intendentes, salvo Emir Félix, no pudieron ni defender sus territorios en las urnas. "Cuando vienen estas oleadas es poco lo que se puede hacer", esgrimió amargamente el candidato principal del peronismo, Alejandro Abraham, con el resultado de las PASO recién confirmado. Confesión de parte: si no cambia el humor general de los mendocinos, los peronistas deben preparar el discurso de rigor en cada derrota, más que la campaña.