El ministro de la Corte concedió una entrevista al portal Infojus con posterioridad a la difusión del fallo sobre la Ley de Medios. Votó por la constitucionalidad de la norma sin objeciones.
Por Cecilia Devanna
Para Infojus
El juez de la Corte Suprema Eugenio Raúl Zaffaroni recibió a Infojus Noticias para hablar sobre el fallo de la ley de Medios, que lo tuvo como uno de los grandes protagonistas.
-¿Cuáles son los fundamentos para declarar constitucional la Ley de Medios?
-Se ha debatido mucho, las instancias por las que ha pasado esta ley a lo largo de estos tres años son bastante conocidas. Se ha impugnado fundamentalmente por parte del grupo Clarín, distintos artículos de la ley. En Primera instancia se declaró la constitucionalidad, la Cámara dio una cantidad de dispositivos, sobre todo de la desinversión. La Cámara Federal revirtió la sentencia de primera instancia, declaró la inconstitucionalidad de esos dispositivos y ahora la Corte acaba de revocar la sentencia de la Cámara declarando la constitucionalidad de todas las disposiciones de la ley por mayoría de cuatro votos. Cuatro votos que son dos votos conjuntos y dos votos individuales pero que coinciden en cuanto a fundamentos. No hay contradicción de fundamentos y coinciden en la parte resolutiva.
-Entre ellos está el suyo, ¿Cuáles son sus argumentos?
-En general, remito al voto del doctor Petrachi que técnicamente en eso me parece perfecto. Agrego algo en mi voto que plantea el derecho a la información. Toda la ley habla sobre lo que es el derecho a la información, sobre todo el derecho a la información en su significado político, la incidencia que puede tener políticamente. Creo que hay algo más en esta ley que no podría callar decirlo: la importancia de los medios de comunicación social desde hace ochenta años, noventa años es perfectamente conocida. Con sentido político, diamentralmente opuesto, tenemos a Roosvelt y tenemos a Hitler. Uno lo usó para la democracia y el otro ya sabemos para que lo usó. El uso de lo que era la radiotelefonía en ese momento, el uso de los medios masivos hace muchos años que cobra un sentido muy distinto de lo que era la vieja libertad de prensa. Y no cabe duda que los medios masivos de comunicación son formadores de cultura. Eso trasciende mucho lo político. Los medios de comunicación masiva nos condicionan simpatías, antipatías, empatías, juicios, prejuicios, costumbres, sexualidad, es decir la totalidad de las formas en las que interactuamos en una sociedad. Corren el grave riesgo de homogeneizar esa cultura, nuestra cultura. La cultura argentina es una cultura plural, somos un país pluriétnico, somos un país donde se mezclan todos: los pueblos originarios, los mestizos, los que llegaron con la colonización, los que vinieron después, los que somos nietos de los que bajaron de los barcos. Y la riqueza de nuestra cultura es justamente esa, un pluralismo y un pluralismo que requiere de un nivel de tolerancia grande, en el mejor sentido de la palabra. No tolerancia como “estás equivocada pero te soporto”. No, un nivel de convivencia, de coexistencia. Y eso no se puede dejar en manos monopólicas, ni oligopólicas. Dejar eso en manos monopólicas u oligopólicas es un suicidio cultural, es es el problema. La cosmovisión que tenemos nos la van formando los medios masivos.
-En ese sentido, la ley plantea un salto cultural.
-Yo creo que es una ley que tiende a preservar la cultura argentina, una cultural plural, con un respeto recíproco. Hay algo muy conocido por todos los que estudian comunicación, que es el librito amarillo de McLuhan. Los medios masivos construyen realidad. No me hago un juicio de lo que pasa en Siria porque veo lo que pasa en Siria. Hago un juicio en base a lo que me muestran. No sé desde qué momento me lo cortaron, no veo toda la película, veo lo que cortan. Tengo una sensación de que tengo acceso a la realidad porque me están mostrando la imagen pero qué imagen me están cortando. Siempre llegué al cine continuado con la película empezada. La construcción de realidad es verdad en el sentido de que después me comporto conforme lo que yo creo que sé, y eso me lo dan los medios. No soy testigo de eso que pasa en el mundo. Soy testigo de la forma en que los medios me recortan, de lo que los medios me muestran. Que lo pueden hacer ideológicamente, conforme a intereses sectoriales, pero lo pueden hacer también ingenuamente. Pero de cualquier manera me están mostrando un pedazo y eso me construye una realidad y me determina mi conducta. Es cultural, es lo que condiciona nuestra interacción en la sociedad.
-¿Por qué considera que el estado puede regular la concentración?
-Porque lo hacen todos los estados del mundo, lo hacen los países desarrollados, lo hace EEUU, lo hace Alemania, lo hacen todos. Nosotros no podemos marchar a contramano de lo que nos está mostrando la legislación comparada. Incluso hay países que lo hacen de manera mucho más restrictiva que esta ley. Por ejemplo, impiden que tengan canales de televisión y diarios y la ley esta no lo impide. Se refiere nada más que a medios audiovisuales, no toca la prensa. Hay un problema de derecho de propiedad: efectivamente existe algo que se llama la responsabilidad del estado por sus actos lícitos. El estado puede realizar una cantidad de actos lícitos, que los puede realizar, pero si me perjudica mi propiedad tiene que repararme. Bueno perfecto, eso queda a salvo. Yo no sé si la cancelación de licencias puede causar un daño patrimonial, pero si causa un daño patrimonial el estado tendrá que pagarlo. Eso queda claro, eso está a salvo. No estamos haciendo una expropiación socialista, una confiscación de nada.
-¿Cuáles serían los plazos para la desinversión?
-El plazo para la desinversión es de un año. En realidad he escuchado hablar de una cautelar que habla de dos años, la cautelar que había. Al ser esta una sentencia definitiva la cautelar pierde sentido: desaparece. Lo que queda es ver el plazo de un año para ver si está vencido. No abro juicio, porque por ahí estaría abriendo juicio sobre una cuestión judiciable.
-¿Qué importancia tiene este fallo?
-Creo que es uno de los más trascendentes de esta Corte por su trascendencia cultural, por la trascendencia que tiene sobre lo que serán nuestras conductas de coexistencia en el futuro. No dejo de lado lo político, no le resto importancia pero es mucho más lo que está en juego. Está en juego nuestra cultura nacional, argentina, plural y étnica y de respeto recíproco.
Víctor Hugo Morales leyó parte del fallo de Zaffaroni