Artistas, periodistas y referentes políticos pidieron con un video la inmediata libertad para Belén, la joven que fue encarcelada luego de un aborto espontáneo tras el cual los médicos la entregaron a la policía y la anulación de su condena. Los jueces consideraron que es culpable de homicidio doblemente agravado por el vínculo y le dieron ocho años de prisión.
Malena Pichot, Silvia Martínez Cassina, Úrsula Vargues, Gaston Sardelli, Hernán Cabra de Vega (de Las Manos de Filippi), la diputada por Mendoza Soledad Sosa y Valentina Cooke sumaron su voz para este reclamo que crece en todo el país y que se ha convertido en bandera de lucha para un sinfín de organizaciones de mujeres, políticas y de derechos humanos.
"Con este video buscamos realizar un aporte más a esta causa, sumando voces al reclamo por Belén, que refleja de manera concentrada la violencia que sufren las mujeres de la clase trabajadora en nuestro país. Queremos la libertad para Belén y la anulación de su condena", comentaron sus realizadores.
La historia de Belén*
Belén, un nombre de fantasía para preservar su identidad, está privada de su libertad desde el 21 de marzo de 2014, cuando fue a la guardia del Hospital Avellaneda con fuertes dolores abdominales. Según pudo reconstruir la abogada que tomó el caso cuando la condenaron, esa madrugada la derivaron al Servicio de Ginecología ante la sospecha de que podría estar teniendo un aborto.
Desde ese momento, la joven empezó a sentirse maltratada, a recibir “miradas feas y acusaciones sobre qué se había hecho”, a escuchar que hacían llamadas a la guardia policial. El médico José Daniel Martín, que la atendió, le informó que estaba teniendo un aborto espontáneo. Belén afirma –y lo repitió en cada una de sus declaraciones– que no sabía que estaba embarazada. Fue condenada el 19 de abril de este año.
En el expediente figura que la jefa de Parteras acudió por indicación del médico Martín, con la Guardia Policial del Avellaneda a los baños del hospital “a la búsqueda del producto que habría expulsado” Belén. En un baño –existen contradicciones acerca de en cuál de ellos, ya que hay varios–, encuentran un feto y automáticamente es nombrado por médicos, médicas, policías y operadores judiciales como “hijo” de Belén, sin que se haya realizado ningún estudio de ADN que corrobore el vínculo, hasta el día de hoy.
Belén declaró también ante el tribunal que “un enfermero me trajo un feto en una cajita y me insultó por lo que le había hecho. Yo le decía eso no es mío y me decía mirá, este es tu hijo”. También declaró que “cuando despertó del legrado en su cama de la Sala 5 estaba rodeada por varios policías que le inspeccionaban sus partes”. Deza destacó que ese tipo de acciones son formas de torturas y tratos degradantes, tal como lo definió en 2013 el Informe del Relator Especial sobre la Tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, de la Comisión contra la Tortura de la ONU, Juan Méndez. Sin embargo, ninguno de los abogados que representaron a Belén a lo largo del proceso penal las cuestionó.
*Datos sobre la historia de Belén tomados de Página 12