La debacle en las elecciones presidenciales de 2011 lo llevó a poner en el frezzer la carrera política que construyó desde el Senado de la Nación y la gobernación de San Luis, pero Alberto Rodríguez Saá se niega a bajarse de las marquesinas. Aunque ya no compite con el kirchnerismo ni con el duahaldismo ni con los radicales ni los socialistas, esta vez anotó su nombre en la marquesina del teatro Libertad, de Carlos Paz, una de las meca de las producciones teatrales comerciales país en temporada de verano, donde pugnan por ganar Nazarena Vélez y Flor de la V, entre otros.
Este lunes desembarcará en esa competitiva plaza la companía Teatro Independiente de Mercedes (TIM), que integra El Alberto, con la obra Las de Barranco, dirigida por Adriana Bassano sobre el libro de Gregorio de Laferrere. El hermano de Adolfo Rodríguez Saá debutó como actor con el mismo elenco el año pasado en San Luis.
Mientras se mantiene a distancia de la política coyuntural, el ex gobernador se dedica a tomar clases de teatro y a la conducción radial en el programa Planeta Xilium, por radio Lafinur, de San Luis. Alberto Rodríguez Saá le concedió una entrevista al diario La Voz del Interior en la previa de la presentación actoral en Carlos Paz.
Antes de hablar de El Alberto artista y su presentación de lunes, el puntano no esquivó algunas respuestas sobre su carrera política y respecto a los candidatos que se perfilan para 2015.
–¿Quiere ser candidato a senador en las próximas elecciones?
–A la política la tengo en una enorme distancia. Por lo menos dos o tres años hasta que se consolide el liderazgo de Claudio Poggi, que es el gobernador de San Luis. No me parece bueno opinar.
–Y en 2015, ¿se meterá en la pelea por la presidencia?
–La verdad, que soy muy feliz como estoy. Pero cuando veo a los que son candidatos, no votaría a ninguno y mirá que los conozco a todos. ¡Pobre Argentina! ¿A vos te gusta alguno? Tenemos cada vecino candidato... El de Buenos Aires o el de la Provincia.
–¿Y qué piensa de la posible candidatura de De la Sota?
–(Mauricio) Macri, (José Manuel) De la Sota, (Daniel) Scioli, (Sergio) Massa son sembradores de villas miseria. Eso es lo que son. ¡Por favor!
–¿Sigue siendo columnista político?
–Siempre escribí en el Diario de la República . Escribía con un seudónimo, o con un “grisado”, con eso sabía la gente que era yo el que escribía. Poner el nombre me parecía un acto de soberbia.
El artista
–¿Cómo empezó con esta nueva actividad de la actuación, después de tantos años dentro de la política?
–Soy alumno de teatro. Agarro un libro y voy a clase. Tomo el colectivo y voy a la escuela. Y el TIM, que tiene 30 años de trayectoria, me hace subir al escenario porque le gusta, porque le conviene o por lo que sea. No hay más que eso.
–¿Cuánto tiempo hace que estudia teatro?
–Empecé el año pasado, en febrero. Tengo un lugar de encuentro cultural que se llama Los Cedros y se presentó el TIM con Las de Barranco. Un día no pudo venir un actor y me dijeron que no podían hacer la obra, salvo que subiera yo. Subí y después de eso me puse a estudiar.
–¿Qué le provoca actuar?
Es como ir al psicólogo. Te ahorrás seis meses de psicólogo.
–¿Cuál es el papel que interpreta?
–La que llega a Villa Carlos Paz es Las de Barranco que es la célebre obra de Gregorio de Laferrere y yo hago de Linares que es quien llega a la casa y se enamora de Carmen, la chica bonita de la casa.
–Después de dejar la gobernación se dedicó exclusivamente a la actividad cultural y al periodismo…
–Soy titular del Diario La República y del grupo Painé. Reedité dos diarios que estaban en el olvido, uno La Voz del Sud y otro, La Opinión . Lancé la Radio Lafinur, del grupo también, y tomé la conducción de la emisora. Ese es mi trabajo.
–¿Cómo ve ese trabajo en medio del momento complejo que vive el periodismo en el país?
–Lo mío tiene una enorme personalidad. Yo hago todo al revés, como en la política. Yo siempre hice lo que creí que había que hacer. Pongo buena música, hago comentarios con mucha subjetividad, pero todos saben de quién viene. Habla “el Alberto” y no tiene nada escondido. Pongo clásicos del folklore, rock nacional, música clásica. Lo traje a Billy Cafaro y pudimos hacer un gran programa. Hago esas cosas y tengo una audiencia muy importante. De todas maneras, estoy aprendiendo. Por ahora, hago de operador, pongo la música, manejo la computadora, hago todo yo para aprender. Y este año, cuando lancé de nuevo el programa de la mañana que se llama Planeta Xilium , voy a trabajar con un equipo.
–¿Por qué le puso ese nombre al programa?
–Yo cuando pinto le pongo a mis obras Planeta Xilium A o B. Y no faltó alguien corto de interpretación que empezó a hablar boludeces sobre que eran platos voladores. Es un nombre de fantasía como podría ser cualquiera. Es para que no liguen el arte con la política.
–Político, periodista, artista plástico, actor... ¿Cómo se mueve en todas esas actividades tan disímiles en las que elige intervenir?
–Yo me siento bien siempre. Me siento feliz siempre. Cuando me tocó estar en política he sido feliz, he hecho lo mejor con total libertad y creo que con mucho éxito. En el mundo de la cultura también me muevo con libertad y me siento muy cómodo. En la cultura, uno hace y dice lo que quiere.
Fuente: La Voz del Interior