Dos superpoderosos grupos económicos con amplio dominio de los resortes fácticos del poder libran una guerra sórdida por un multimillonario negocio en un área estratégica de los servicios que consume la población del país: las comunicaciones.
El Grupo Clarín inició una guerra contra el Grupo Vila Manzano por la posición como cuarto operador de la telefonía móvil en el país. El gobierno de Cristina Fernández le otorgó la concesión de un segmento del espectro en una licitación que incluía la obligación del concesionario de hacer una inversión mil millonaria que el grupo económico de los mendocinos Daniel Vila y José Luis Manzano incumplieron en los términos del contrato.
El holding que conduce Héctor Magnetto fue a la Justicia con una demanda por irregularidades en la entrega de la llave al negocio de la telefonía a Arlink, la compañía de Internet del holding Vila Manzano. Carlos Moltini, gerente general de Cablevisión, informó sobre la denuncia y las actuaciones de un fiscal en pos de la comprobación de irregularidades en la entrada a la telefonía celular del grupo de económico surgido en Mendoza en una entrevista con el periodista especialista en los negocios de los medios de comunicación José Crettaz para el ciclo Conversaciones del portal La Nación.
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Cablevisión, que es la gallina de los huevos de oro del Grupo Clarín, tiene en sus planes entrar al negocio de la telefonía celular desde hace tiempo, pero la guerra entablada contra el gobierno desde que se jugó con los intereses de las entidades de las patronales del campo contra la resolución 125 de retenciones, a principios de 2008, después de conseguir que Néstor Kirchner autorizara la fusión de Cablevisión y Multicanal, lo alejó en el tiempo de ese objetivo.
En la última licitación del espectro de los teléfonos el gobierno previó el ingreso de un cuarto jugador al mercado. A Movistar (Telefónica), Claro (Telmex) y Personal se sumó Arlink. En noviembre del año pasado, este medio informó sobre el avance del heredero del dueño de Dalvian y el ex ministro menemista en el terreno de las comunicaciones móviles: Vila y Manzano llevan sus cuestionadas prácticas al mercado de los celulares tras recibir una concesión del sistema 4G.
A menos de un año de ese hecho, el gerente de Cablevisión acusó irregularidades e incumplimientos en la relación contractual del Estado con el Grupo Vila Manzano. "Se le entregó a una compañía que no cumplía ni siquiera con los requisitos que había que cumplir", consideró Moltini.
Y agregó: "El nuevo entrante tenía que presentar una serie de garantías... Hemos iniciado un juicio por esa situación, el fiscal instruyó unas investigaciones, mandó a investigar tres de las garantías que había presentado el Grupo Vila Manzano y las tres estaban de forma irregular, por llamarlo de alguna manera. El Estado no revisó esta situación y, a pesar de todo, lo aceptó como cuarto entrante".
"El pago se tenía que hacer en dólares, pero no se hizo. Se retrasó la entrega del espectro, en un momento se licitó el espectro, hace más de 10 o 15 días que debieran haber pagado, hay multas que se tendrían que haber cobrado por la mora en los pagos. Nada de eso se está haciendo, con lo cual yo creo que hay una situación irregular enorme que va a tener que resolverse. Y, obviamente, nosotros siempre tenemos esa vocación de desarrollo de la red móvil", advirtió Moltini.
El gerente de Cablevisión dio pistas sobre una de las aristas reales de la guerra contra Vila Manzano: aseguró que el modelo de negocios que ellos ven viable en la comunicaciones tiene que balancear el servicio con redes fijas y móviles. En ese orden, arriesgó que las compañías para sobrevivir tienen que crecer y que para eso es indispensable el desarrollo equilibrado entre ambas redes.