La historia de Gladys Castro y Hernán Domínguez, secuestrados y desaparecidos cuando ella estaba embarazada de 6 meses

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María Domínguez es emblema de las Madres de Plaza de Mayo en Mendoza. Se la ve cada jueves en la ronda a la plaza San Martín. Foto: Captura de pantalla Acequia TV

Gladys Castro y Hernán Domínguez desaparecieron una madrugada de 1977 durante la última dictadura militar. Gladys estaba embarazada de 6 meses.

María Domínguez es la madre de Hernán, y desde aquel día no baja los brazos en su lucha por recuperar a su hijo, su nuera y su nieta, cuya identidad fue recuperada hace dos días, según anunció este lunes Abuelas de Plaza de Mayo en una conferencia de prensa en la que la mendocina estuvo presente.

"A mi hijo y a mi nuera los secuestraron la madrugada del 9 de diciembre del 77. Se habían casado en noviembre del 76. En Mendoza fue terrible, de los 200 y pico de desaparecidos que hay ninguno tenía ningún dato", señaló María en una entrevista con el canal Acequia.

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Una de las imágenes de la campaña de búsqueda de Hermanos Mendoza llevaba los rostros de Gladys y Hernán.

Hernán fue dado de baja en el servicio militar y había empezado a trabajar en la línea 5 de micros, cuando los choferes estaban de huelga. "Como él estaba fogueado en el gremialismo, lo denunciaron por 'activista' y lo echaron. Pasó a la línea 3 hasta que lo secuestraron. Él trabajó mucho con gente carenciada, ese fue todo el delito que cometieron", resumió María Domínguez.

Hernán había trabajado desde los 14 años en un estudio contable para poder pagarse sus gastos, pero fue en la facultad donde se agudizó su compromiso social: empezó a militar en el Partido Comunista Marxista Leninista (PCML) Gladys Cristina Castro estudiaba Diseño, pero tuvo que dejar los estudios para trabajar en una panadería.

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El 9 de diciembre, la patota llegó hasta la casa que alquilaba la pareja, en la calle Luzuriaga de Godoy Cruz. La noche anterior, unos hombres habían visitado la casa de los padres de Walter: preguntaron por su hermano mayor, Osiris, que vivía con ellos y estaba trabajando en Pescarmona. “Señora Clara, ayúdenos por favor”, le rogó Walter a su vecina. Clara declaró unos años después que al salir al patio a ver qué pasaba una voz de mando le dijo: “Por favor señora, métase adentro de la casa”. Los vecinos recordaron que Gladys gritaba mientras la arrastraban, con su embarazo de seis meses, al auto en el que se los llevaron: “¿Por qué nos hacen esto, qué hemos hecho?”. La pareja creía que esperaban un varón. Pensaban llamarlo Federico, Nicolás, Guillermo o Bruno. Fue mujer.

En su casa, Walter y Gladys refugiaban a otros compañeros -entre ellos la compañera de Jorge Becerra, Susana De Miguel-. Ellos tenían noticias desde el 6 de diciembre de la desaparición de alguno de sus compañeros. Decidieron quedarse.

Sobre su nieta, señaló María Domínguez: "Estoy casi segura que nació porque si a la hija de la señora de Carlotto, que estaba embarazada, esperaron que naciera el niño para matarla y robarle el niño. A las que estaban de siete u ocho meses con más razón".

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