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"Todo el mundo conoce mis defectos, pero saben que no soy una ladrona", dijo Dilma Rosseff a asesores, según informaron fuentes del gobierno al diario Folha de San Pablo.
La mandataria pronunció en la noche de este miércoles un discurso televisado en respuesta a la decisión de Cunha de constituir una comisión especial para analizar el pedido de impeachment (juicio político con fines de destitución) redactado por Helio Bicudo, uno de los fundadores del oficialista Partido de los Trabajadores (PT).
Rousseff recibió una llamada de apoyo del ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva (PT) y también se comunicó con el vicepresidente Michel Temer, del aliado Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).
El pronunciamiento de Rousseff tuvo la apariencia de un duelo personal con el diputado Cunha del PMDB, quien es objeto de investigaciones judiciales por sus cuentas en Suiza.
Al hablar a la nación Rousseff dijo que no posee cuentas en el exterior y que nunca ocultó sus bienes.
Al referirse al proceso de impeachment, declaró: "Tengo la convicción absoluta de que el pedido no procede y de que es justo que sea archivado".
La mandataria también se manifestó "indignada" frente a la decisión de Cunha. "Recibí con indignación la decisión del presidente de la Cámara de Diputados contra un mandato democráticamente conferido por el pueblo brasileño", declaró en un muy breve pronunciamiento en el Palacio presidencial de Planalto.
La mandataria afirmó que no existe ningún "ilícito" en su gestión y aseguró que se trata de "acusaciones inconsistentes".
Cunha acogió favorablemente ayer un pedido de juicio político con fines de destitución por irregularidades fiscales contra Rousseff.
El jefe de Diputados anunció su decisión pocas horas después de que la bancada paralamentaria del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) resolviera votar a favor de que se abra un proceso de destitución en su contra.
El proceso contra el titular de la Diputados, que será votado la semana que viene en el Consejo de Etica de la Cámara Baja, se basa en acusaciones contra el legislador de nexos con la red de corrupción que operó en Petrobras, y en que mantuvo cuentas secretas en Suiza por millones de dólares en las que depositó el dinero fruto de los sobornos obtenidos en la petrolera estatal.