Por Javier Polvani
@javierpolvani
Francisco Pérez y Juan Manuel Urtubey no sólo comparten la condición de mandatarios provinciales, también tienen un sueño en común: suceder a Cristina Fernández en la Presidencia después de que se termine de decidir la mandataria a dejar de lado un potencial segunda reelección, actualmente impedida por la Constitución. Las estrategias de ambos en pos del sueño común son diferentes.
El mendocino no se permite el disenso con la mandataria en ningún tema, nada de lo que hace o plantea entra en conflicto con el más puro kirchnerismo. Su convicción es que el futuro de su carrera política, al menos en lo inmediato, está ligado sin fisuras con el de Cristina Fernández.
El salteño, en cambio, no tiene problemas en plantarse con voz propia frente ciertas políticas nacionales, pero también tiene la convicción de que no podrá aspirar a la Presidencia si Cristina Fernández decide empujar la habilitación a un tercer mandato.
Pérez no mueve un alfiler de la política sin antes estar seguro de que no va a contradecir a la Casa Rosada, como demostró con temas sensibles para la provincia como la promoción industrial, las mediciones del INDEC y la situación de la minera Vale, entre otros tópicos resueltos en puntillosa línea con la Nación.
Nada que ver con Urtubey, quien fue uno de los primeros mandatarios provinciales que salió a pedir que el ANSES deje de apropiarse del 15% de la coparticipación de las provincias fijado en la gestión económica menemista de Domingo Cavallo para palear el desfinanciamiento del organismo como consecuencia de la apertura del negocio de las jubilaciones a las AFJP.
También fue el salteño uno de los pocos oficialistas que en 2008, tras el golpe para el kirchnerismo del voto no positivo de Julio Cobos, compartió con el ex vicepresidente la lista de invitados al Coloquio de IDEA, meca en ese momento de la oposición a la gestión nacional.
Urtubey tiene lazos de intereses y hasta de sangre con ese sector del país, puesto que el grupo empresario de su familia es parte del establishmen representado en IDEA a tal punto que uno de sus hermanos es asesor permanente de la entidad. Esos lazos empresariales y familiares fueron parte del sustento para que Juan Manuel Urtubey desbancara al menemista Juan Carlos Romero de la gobernación de su provincia. En cambio, Paco Pérez no contó con ninguna de esas condiciones para ganar la gobernación, su arribo al sillón de mando provincial fue consecuencia pura de su cintura política y el apoyo de un sector con poder dentro del kirchnerismo nacional.
Pérez y Urtubey sueñan ser presidentes, pero serían gustosos compañeros de fórmula en el caso de que en las legislativas al oficialismo le vaya fenomenal y logre instalar la reforma de la Constitución para destrabar el impedimento para que Cristina Fernández sea candidata a seguir conduciendo la Casa Rosada después de diciembre de 2015, cuando vence su segundo mandato.
Urtubey tiene más experiencia que Pérez al frente del Ejecutivo provincial, porque en Salta hay reelección y el mandatario lo aprevechó. El mendocino está desesperado por modificar la Carta Magna local para tener posibilidades de pelear la reelección, tanto para el caso de que no llegue la ansiada proyección nacional como para la posibilidad con lo cual lo mejor a lo que podría aspirar es a otro periodo en la Gobernación, o para mantenerse con poder hasta el día que decida probar suerte a nivel nacional si las cosas salen como él sueña.