Otra barcaza naufragó en el mediterráneo, a horas de que comience una nueva cumbre entre el primer ministro Turquía, Ahmet Davutoglu, y los líderes de la Unión Europea (UE), cuyo único objetivo es conseguir frenar la llegada de miles de demandantes de asilo a Europa. Hubo 25 muertos.
La Guardia Costera turca informó que logró salvar a 15 personas cerca de la localidad de Didim, en el suroeste del país, sobre la costa que une a través del mar Egeo al país con las paradisíacas islas griegas, un trayecto que se ha convertido en un cementerio para miles de refugiados en el último año.
Según la ONU al menos 400 refugiados e inmigrantes, que intentaban escapar de la violencia y el hambre absoluto en Medio Oriente y África, fallecieron cruzando esa parte del Mediterráneo en lo que va del año, mientras que más de 3.700 murieron buscando alcanzar las costas de Grecia e Italia en todo 2015.
Pese a la peligrosidad del viaje y al crudo clima invernal, los demandantes de asilo siguen lanzándose al Mediterráneo y a una travesía cada vez más difícil y angustiante dentro del territorio europeo en búsqueda de una nueva vida lejos de la violencia y la muerte.
Esta semana, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, cristalizó el clima de opinión política anti migratoria que domina en la UE y anticipó el tono de la cumbre de mañana lunes con Turquía.
"Apelo a todos los inmigrantes económicos, de donde quiera que procedan, a que no vengan a Europa, que no crean a los traficantes y que no pongan en peligro sus vidas y su dinero", sostuvo desde Atenas, dejando en claro que la UE no los dejará entrar.
Más tarde, en su carta de invitación a los participantes de la cumbre de mañana, Tusk explicó que el objetivo es reducir el flujo de inmigración irregular que llega a Grecia desde Turquía a través de un sistema de devolución "rápido y a gran escala".
El objetivo europeo es lograr "devolver" de manera inmediata a Turquía a todos los recién llegados que no entren dentro de su cada vez más limitada definición de refugiados, para evitar que estos tengan tiempo de emprender viaje hacia el norte, a través de los Balcanes y hasta Alemania o los países nórdicos ricos.
Además de la cuota diaria de personas que Austria y el resto de los países de la llamada ruta balcánica han impuesto en sus fronteras, la mayoría de los estados europeos restringió el concepto de refugiados, es decir, de gente que escapa de una violencia que pone en peligro su vida, a sirios e iraquíes, casualmente los dos países donde se asienta la milicia y enemigo número uno de las potencias occidentales, el Estado Islámico.
Los afganos, los kurdos turcos, los malienses, los nigerianos, los somalíes y muchas nacionalidades más pasaron a ser considerados, por la UE, como migrantes económicos y, por lo tanto, Europa quiere expulsarlos ni bien lleguen a sus costas.
En una entrevista con el diario dominical alemán Bild am Sonntag, la canciller de ese país, Angela Merkel, adelantó cuál será su postura mañana en la cumbre del bloque en Bruselas con el premier turco.
"Espero que pongamos en práctica paso a paso aquello a lo que nos comprometimos los 28 países de la UE en la última cumbre", sostuvo.
Lo pactado en el último encuentro es un acuerdo con Ankara, la última parada de la mayoría de los refugiados antes de llegar a las fronteras de la UE.
El acuerdo estableció que Turquía debe frenar el paso a los refugiados, muchos de ellos sirios, al mismo tiempo que recibirá a todos aquellos "migrantes económicos" que la UE devuelva.
A cambio, el gobierno de Recep Tayyip Erdogan recibirá 3.000 millones de euros para "asistir a los refugiados" dentro de su país -en donde ya habitan más de 2,7 millones de sirios-, la eliminación de visados europeos para sus ciudadanos y el compromiso de Bruselas de acelerar la candidatura del país musulmán para ingresar a la UE.
Esta semana el gobierno de Turquía dejó en claro que si la UE no cumple con la suspensión de visados para sus ciudadanos, ellos no recibirán a los "migrantes económicos" que Europa expulse.
"La UE debería eliminar los visados en octubre o noviembre. Si el acuerdo de readmisión se aplica y el levantamiento de los visados no ocurre en ese periodo de tiempo, tenemos derecho a anular el pacto. Es una relación que va de la mano", advirtió a la prensa el ministro turco para la Unión Europa, Volkan Bozkir.
Grecia y Turquía ya tienen un acuerdo bilateral de repatriación, pero el proceso dura varios meses, por lo que la idea del nuevo plan es agilizar la expulsión a un plazo máximo de 48 horas, antes de que los refugiados puedan alcanzar la frontera norte de Grecia con los países de los Balcanes.
Actualmente y tras el cierre de las fronteras de la mayoría de los países de los Balcanes y el centro de Europa, decenas de miles de refugiados quedaron varados dentro de Grecia, especialmente en el norte, en la frontera con Macedonia.
La situación humanitaria es dramática, pero la principal ayuda que reciben estas familias proviene de organizaciones civiles o de la propia población griega, no de la UE.
Según publicó hoy el periódico alemán Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung, Atenas y Ankara estarían cerca de cerrar un acuerdo para garantizar la expulsión y "devolución" de estas personas a Turquía, un país que además vive una violenta ofensiva militar contra los independentistas kurdos y una avanzada política sobre parte de la oposición.
De finalizar los detalles, el plan entre la UE y Turquía se anunciará como una victoria de la cooperación regional en la cumbre de mañana en Bruselas.
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, adelantó hoy que apoyará una "reubicación" de los demandantes de asilo en Turquía y que volverá a pedir que todos los países de la UE cumplan con el reparto de 160.000 refugiados acordado el año pasado, una cifra ínfima frente a las más de 1,1 millones de personas de Medio Oriente y África que llegaron al continente en 2015.
En total, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estima que más de 1,2 millones de refugiados e inmigrantes de algunas de las zonas más violentas y pobres del mundo cruzaron el Mediterráneo y llegaron a Europa desde principios del año pasado.