El gobernador Francisco Pérez mandó a decir que él no va a intervenir en la guerra interna que estalló en el peronismo mendocino con la ruptura de los bloques legislativos anunciada por el sector azul de Juan Carlos Mazzón. El ministro de Gobierno, Félix González, fue el vocero del mensaje del mandatario que tiene efectos mediáticos pero no responde a la realidad.
Con más o menos gusto, el mes que viene Pérez deberá intervenir en la pelea. A fines de abril se renuevan las autoridades legislativas y, entonces, la opinión del gobernador será decisiva para la continuidad o no de los presidentes del Senado y Diputados, Miriam Gallardo y Jorge Tanús, ambos pertenecientes al sector de Mazzón. Inmediatamente después de esa elección, el PJ tiene que definir sus candidatos para los comicios de octubre, otro hito que impide la neutralidad de Pérez.
Los azules anunciaron la escisión de los bloques tras una cena con el jefe del sector en Buenos Aires, el miércoles en la noche. El motivo que esgrimieron fue una acusación al vicegobernador Carlos Ciurca, referente de la Corriente Peronista, que posee más diputados y senadores que el grupo de Mazzón. Le endilgaron al vice usar la investidura y los fondos públicos para fortalecer su sector interno en desmedro del azul.
González dijo que el gobernador no se va a meter mientras la pelea no afecte la gobernabilidad. El problema es que la neutralidad de Pérez no podrá sostenerse más allá del mes que viene, cuando será decisiva la opinión del mandatario para la designación de los titulares de las cámaras legislativas.
El año pasado hubo una fuerte discusión por esos cargos que finalmente quedaron el poder de Gallardo y Tanús, quienes estaban en los cargos desde la gestión de Celso Jaque. Los enemigos internos de los azules intentaron dar el zarpazo para quedarse con al menos uno de los dos cargos, pero recularon cuando Pérez sostuvo a los dos azules.
Rubén Miranda, vocero designado por la Corriente para abordar públicamente la pelea con los azules, dijo este viernes en LV10 que ese sector aspira a quedarse con las presidencias de las cámaras pero que será Pérez quien decida porque se trata de cargos que están en la línea sucesoria del poder de la provincia. Cuando por cualquier causa faltan el gobernador y el vice, el mando político queda en manos del presidente provisional del Senado, o del presidente de Diputados, si el referente de la Cámara Alta tampoco pudiese ejercer.