Recopilación bibliográfica de impactos generales del herbicida GLIFOSATO activo y formulado como así también su metabolito final Aminometlfosfonico (AMPA), consistente en 830 artículos de revistas cientificas recopiladas hasta abril de 2018.
Sobre la Antología Tóxicologica del Glifosato
En esta Cuarta Edición se suman 830 artículos científicos o papers, es decir: informes de investigaciones clínicas, experimentales, de laboratorio, revisiones, contestaciones, recopilaciones, resúmenes de congresos, que han sido objeto de publicación en revistas o journales científicos. Los trabajos científicos propiamente dichos han sido sometidos a revisión por un comité de científicos o pares, por un sistema ciego (sin conocer la identidad de los autores) y aprobados para su publicación al ser considerado que el aporte que realiza al conocimiento humano sobre la cuestión estudiada es significativo.
Esta recopilación se realizó a través de búsqueda en portales de información científica como Pubmed, Scielo y Scholar de google, esta ordenado por enfermedades vinculantes, sistemas orgánicos afectados, mecanismos fisio-patológicos más frecuentes y tipo de muestras a analizar. La misma esta actualizada hasta el 9 de abril de 2018.
Algunos pensaran ¿para que realizar una Antología Toxicológica del glifosato?, y nosotros podríamos responder porque es necesario poner blanco sobre negro sobre una sustancia que se aplica (se fumiga) extensamente e intensamente en nuestro país de manera que ya todos los ríos del centro y norte argentino se encuentran contaminados y donde el agua de la lluvia, en cualquiera de esos lugares y pueblos, contiene glifosato durante la mayor parte del año.
Es necesario poner al alcance en la mano de todos y de cualquiera, pero sobre todo en la de los agrónomos, de los médicos, de los enfermos, de los agricultores, de los legisladores, de los vecinos fumigados, de los periodistas, la información que tiene acumulada la comunidad científica sobre esta sustancia. Sustancia que ha sido promocionada con una intensa campaña de marketing desde mediados de la década de 1990, cuando las empresas fabricantes y las asociaciones vinculadas al agronegocio repetían hasta el hartazgo que el glifosato es atóxico, que se disuelve o inactiva apenas toca la tierra y que además se puede tomar un vaso de RoundUp sin ningún tipo de riesgo para las personas.
Incluso, el Ministro de Ciencia y Tecnología del anterior y actual gobierno nacional, Lino Barañao, expresaba las mismas consignas (que repiten en Uruguay, Brasil y Paraguay, como también en Francia, España, la India o Sri Lanka, mostrando que este discurso es una estrategia comercial mundial de Monsanto), Barañao comparaba glifosato con agua con sal sin ningún tipo de fundamento y haciendo gala de una maliciosa e inmoral utilización de la posverdad.
La verdad, por lo menos esa parte de la verdad a la que los científicos pueden acceder, esa verdad que tenemos a fecha de abril de 2018 es la que esta comprimida en esta antología. Y esa verdad dice, por ejemplo, que DM. Roberts y NA Buckley encontraron en una extensa evaluación toxicológica en campesinos suicidas de Sri Lanka que el 100% de los que tomo 180 ml de RoundUp (un vaso chico) fallecieron, información que es coincidente con los hallazgos de otros autores de estudios de suicidas con glifosato, como YJ Chen y ML Wun en Taiwan, JH Suh y BJ Oh en Corea y H Nagami y Y Nishigaki en Japón, investigaciones que son coherentes con los más antiguos estudios de toxicidad del glifosato realizados en Reino Unido por SM Bradberry cuyos postulados fueron confirmados por las hallazgos clínicos en los desgraciados suicidas.
Este simple ejemplo nos muestra como se manipula información para generar un clima de confianza en el producto (nunca veneno para sus promotores), que disparó sus ventas, generando, 20 años después de la aprobación de la primera soja transgénica resistente a glifosato, que en nuestro país se dispersen 300 millones de kilos de glifosato por año lo que significan una carga potencial de exposición de 6.8 litros por argentino por año. Hoy cada argentino tenemos garantizado más de 6 litros de glifosato aplicado al aire que respiramos, al agua que bebemos, al polvo que lleva el viento y que inhalamos y una buena ración en los alimentos que cada día llevamos a nuestra mesa familiar, esta utilización de glifosato por persona es la más alta del mundo.
Pero esa carga potencial de exposición para las poblaciones humanas que viven en las zonas donde se cultiva soja y maíz transgénico resistente a glifosato (los pueblos fumigados) significa una carga real de exposición de 40 a 70 litros por habitante por año, de esta manera no es casualidad que en estos pueblos agrícolas se multiplique el hipotiroidismo, el asma bronquial, los trastornos reproductivos y las enfermedades oncológicas produciendo un cambio evidente en el patrón de morbilidad y mortalidad.
Glifosato es una sustancia conocida de hace muchos años, inicialmente utilizada por ser quelante de metales como zinc, manganeso y magnesio que cumplen roles de coenzimas en la actividad metabólicas de células, sobretodo vegetales; luego Monsanto desarrolló su utilización masiva como herbicida general, es decir mata yuyo universal. Claro que sus propiedad herbicida ha ido perdiendo potencia en los últimos años debido a la resistencia que las plantas van adquiriendo de forma natural ante su exposición como especie, esto significa en lenguaje llano que en un predio que es desmalezado químicamente con glifosato y donde se erradican, digamos 10.000 plantas, queda habitualmente una pequeña cantidad de plantas, 100 plantas, que resisten al veneno y no mueren por sus capacidades individuales, pero son tan pocas que son imperceptibles por el agricultor, el problema es que al año siguiente esas plantas son muchas más y así sucesivamente, hasta que ya son demasiadas y entonces las empresas químicas recomiendan aumentar las “dosis” de utilización. Gran negocio para las empresas, todos los años venden más.
Esta es la realidad de las primeras hectáreas sembradas con soja en 1996 a las que se fumigó con 3 kilos de glifosato al año en varias aplicaciones, hoy: 2018, en esas mismas hectáreas para lograr el mismo resultado tienen que aplicar 15 kilos de glifosato y apoyarlo con 2.4D y otros herbicidas. Resultado: mayores ventas para las empresas, mayores gastos para el agricultor pero sobre todo mayor exposición para las personas porque el ambiente se va saturando del agrotóxico.
Esta es la antología completa: