Violencia policial

La APDH pidió a la ONU que visibilice el caso de la mendocina hallada muerta en un calabozo

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Florencia Magali Morales fue hallada muerta en un calabozo de la comisaría de Santa Rosa de Conlara, San Luis. Foto: gentileza Celeste Morales

La Asamblea Permanente por los Derchos Humanos (APDH) pidió a la Oficina Regional de Naciones Unidas que visibilice los casos de la mendocina Florencia Magali Morales y de Franco Maraguello, ambos hallados muertos en sendos calabozos de comisarías de San Luis, con el objetivo de transparentar las investigaciones en curso.

Fue en una reunión que mantuvieron referentes de la APDH con el titular de la Oficina Regional para America del Sur del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH),  Ignacio Roncagliolo, y con la Asesora en Derechos Humanos de la Oficina del Coordinadora Residente de Naciones Unidas en Argentina, Valeria Guerra, para informarlos sobre la desaparición forzada y posterior asesinato de Luis Espinoza.

En ese marco, la APDH también expuso los casos de la mendocina Morales (39) y Maraguello (16), quienes fueron detenidos por personal policial de la provincia de San Luis y alojados en calabozos de comisarías provinciales, donde aparecieron muertos pocas horas después.

Si bien ambos casos se encuentran en investigación judicial, los referentes de la APDH "solicitaron que la Oficina Regional de Naciones Unidas se interese en ellos con el propósito de lograr la visibilización y transparencia de las pesquisas en curso".

Expusieron ante la ONU Guillermo Torremare y Soledad Astudillo, copresidentes nacionales de APDH, y Pablo Jeger y Alejandra García Aráoz, directivos de la Regional Tucumán de la misma organización.

Florencia Magali

Florencia Magali Morales, una mendocina de 39 años, madre de tres hijos, salió de su casa en Santa Rosa de Conlara, San Luis (provincia en la que vivía hace tres años), a las 9 de la mañana del domingo 5 de abril. Pocas horas después estaba muerta en el calabozo de la comisaría del pueblo. Sobre su muerte, el juez Jorge Pinto investigó desde el principio un suicidio, pero ahora la causa lleva la carátula “averiguación muerte”. La insistencia de la familia y de sus abogados sobre las irregularidades en la investigación fueron clave en este cambio.

Sobre la detención de Florencia hay dos versiones dadas por la propia policía de ese destacamento: primero dijeron que había sido detenida porque circulaba a contramano en su bicicleta violando el artículo 205 sobre el aislamiento. Por su DNI no podía salir ese día de su casa según la reglamentación del gobierno de Alberto Rodríguez Saá. Después señalaron los uniformados que ella sola fue a la comisaría porque allí había un policía conocido, y que se presentó a pedirle una tarjeta de débito para que pudiera retirar dinero del banco.

La investigación forense, a cargo de Gustavo Lafourcade, primero avaló la tesis del suicidio, aunque omitió las heridas de autodefensa de Florencia, que sí consignó en un segundo reporte. A esa altura su muerte en el calabozo ya había trascendido las fronteras provinciales.

La historia de la mendocina detenida, en teoría, por violar la cuarentena y hallada muerta en un calabozo

 

 

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