Sin reelección, las próximas legislativas marcarán el principio de la despedida del poder. Pérez le dirá a la Asamblea Legislativa que sin reforma constitucional, el Gobernador tiene las manos atadas frente a los poderes fácticos.
Por Javier Polvani
@javierpolvani
Sin reelección, para el gobernador las próximas elecciones legislativas marcarán el principio de la despedida del poder que empezará a escurrirse entre el apetito de los potenciales sucesores. Esa es la lectura del círculo íntimo que incide en la política de Francisco Pérez, que está convencido de que antes de que ninguna otra cosa tienen que reformar la Constitución para que el resto de los planes sea posible. Entre esos planes se inscriben las reformas en el sistema de Salud y en el Poder Judicial que ambiciona el gobernador.
"Hay que darle poder al Gobernador", escuchó este cronista de una calificada fuente de Palacio que empezaba a salirse de las casillas ante los reparos contra la cuidada argumentación institucional a favor de la reforma. La habilitación a la reelección del Gobernador y el Vice por medio de una reforma constitucional es la única garantía de poder para el gobernador. Ni Pérez ni sus principales asesores tienen dudas sobre el valor del cambio de la Constitución como sustento para el poder de la segunda mitad del mandato. Sin reelección no habrá una gran gestión de la segunda mitad de mandato, temen en la Casa de Gobierno.
La necesidad de la reforma constitucional ocupará el centro del discurso anual del gobernador ante la Asamblea Legislativa, el 1 de mayo. Con algunos eufemismos, Pérez dejará planteado que sin reforma el Gobernador, cualquiera que ejerza el cargo, tiene las manos atadas frente a los poderes fácticos. Claro que será mucho menos directa la mención de este tipo de intereses detrás de la movida reformista que las que invoque causas como los derechos ambientales o los cambios sociales para justificar la necesidad de convocar a una Asamblea Constituyente.
El Gobierno ya instaló a la reforma como tema central del discurso de apertura de sesiones legislativas que dará Pérez al regresar de una gira por India y China. Uno de los caminos posibles es convocar a elecciones de convencionales con un plebiscito de 2001, lo cual es desprolijo y sería sometido a la opinión de la Suprema en caso de que se elija esta variante.
"No hay acción concreta sobre el llamado a elecciones de convencionales constituyentes, lo que hay es un debate que se difunde por los medios", relativizó el vicegobernador Carlos Ciurca, cuando le pidieron una opinión sobre la posibilidad de que la UCR pida formalmente a la Suprema Corte que se exprese sobre la validez del plebiscito de 2001 para reformar la Constitución en 2013. El radicalismo analiza pedirle una declaración de certeza al máximo tribunal sobre esa cuestión, pero Ciurca opinó que "para hacer ese planteo debiera existir una acción concreta del Gobierno sobre la reforma de la Constitución y no la hay".
Pérez no ha cerrado ninguna vía de las posibles para reformar la Constitución, pero cada una depende de una serie de variables que el mandatario ni con la concurrencia de todo el PJ controla por si mismo. Por eso tiene abiertas las negociaciones con el radicalismo disidente de Víctor Fayad y Roberto Iglesias y no le esquiva a un posible acuerdo con sectores del Partido Demócrata.
En ese trabajo está involucrado Ciurca, el tenedor de las llaves de la Legislatura como jefe del Senado. "Nosotros trabajamos con el proyecto de reforma constitucional que envió el gobernador, estamos en la construcción de consensos para votar una ley de necesidad de reforma, es un trabajo que lleva tiempo", dijo el vice instalado en el despacho del cuarto piso de la Casa de Gobierno medio tiempo mientras Pérez encabeza una misión comercial por Asia.
Desde esa posición, Ciurca le sacó dramatismo a la definición sobre la reforma. "Trabajamos en ese tema pero tenemos muchas prioridades que están por encima", acomodó el vice en diálogo con periodistas junto al ministro de Gobierno, Félix González.