La desigualdad es mortal. Contribuye a la muerte de al menos 21 300 personas cada día, o una persona cada cuatro segundos. Se trata de “una estimación muy conservadora” de las muertes causadas por el hambre, la falta de acceso a la sanidad y el deterioro del clima en los países pobres.
Así lo ha denunciado Oxfam Internacional, una de 21 organizaciones asistenciales miembros y afiliadas, que representan un movimiento mundial de activistas que luchan contra la desigualdad para acabar con la pobreza y la injusticia.
Esta confederación, con su sede central en Londres, también cita la desigualdad derivada de la violencia de género a la que se enfrentan las mujeres y que tiene sus raíces en “el patriarcado y los sistemas económicos sexistas”.
La crisis climática alimenta la desigualdad
En su informe titulado «Las desigualdades matan» y publicado en enero, Oxfam Internacional subraya que la crisis climática es uno de los motores más dañinos de la desigualdad.
“La crisis climática nos afecta a todos, pero no nos afecta por igual. El 1 % de las personas más ricas del mundo, unos 63 millones de personas, son responsables de más del doble de la contaminación por carbono que los 3100 millones de personas que componen la mitad más pobre de la humanidad”, asegura.
Sin embargo, el impacto de las sequías, las inundaciones, los incendios forestales y las tormentas golpea primero y peor a las comunidades pobres y marginadas, causando temporadas de cultivo impredecibles, pérdidas de cosechas y fuertes aumentos en los precios de los alimentos.
“Los habitantes de los países de renta baja y media-baja tienen cinco veces más probabilidades que los de los países de renta alta de verse desplazados por catástrofes meteorológicas repentinas”, dice el informe.
Un tiempo destructivo, subida de los mares, incendios sin precedentes y hambrunas históricas. “El cambio climático está ocurriendo ahora. Es uno de los motores más dañinos del empeoramiento del hambre, la migración, la pobreza y la desigualdad en todo el mundo”, indica.
En los últimos años, ya con 1°C incremento mundial de las temperaturas, se han producido ciclones mortales en Asia y América Central, o enormes nubes de langostas en toda África.
También aquí se añade que, en las distintas sociedades, los impactos del cambio climático afectan de forma diferente a las mujeres y a los hombres. Las mujeres y las niñas deben caminar más para recoger agua y combustible y suelen ser las últimas en comer.
Durante y después de los fenómenos meteorológicos extremos, son ellas quienes corren un mayor riesgo de violencia y explotación.
Millones de personas forzadas a huir
En los últimos 10 años, más personas de todo el mundo se han visto obligadas a abandonar sus hogares por catástrofes meteorológicas extremas que por cualquier otro motivo.
El número de catástrofes relacionadas con el clima se ha triplicado en 30 años, y actualmente se registra un fenómeno meteorológico extremo por semana.
Desde el año 2000, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) calcula que 1,23 millones de personas han muerto y 4200 millones se han visto afectadas por sequías, inundaciones e incendios forestales, recuerda el informe.
El año pasado, precisa Oxfam, el mundo registró una cifra récord de 50 000 millones de dólares en daños por desastres meteorológicos extremos agravados por el cambio climático, lo que llevó a casi 16 millones de personas de 15 países a niveles críticos de hambre.
“A pesar de ello, los gobiernos han retrasado las medidas para hacer frente a la crisis climática a fin de centrarse, en cambio, en la pandemia de covid-19”, remarca.
La desigualdad es devastadora
La desigualdad no es un problema abstracto, subraya Oxfam Internacional. “Tiene consecuencias devastadoras en el mundo real. Ha hecho que la pandemia de covid-19 sea más mortal, más prolongada y más dañina. Se ha introducido en nuestros sistemas económicos y está desgarrando nuestras sociedades”, argumenta.
El mayor aumento de milmillonarios de la historia
La pequeña élite mundial de 2755 multimillonarios ha visto crecer su fortuna aún más durante la covid que en el conjunto de los últimos 14 años precedentes, afirma Oxfam en su informe sobre la desigualdad.
“Se trata del mayor incremento anual desde que hay registros. Se está produciendo en todos los continentes”, precisa.
La desigualdad se debe a la subida vertiginosa de las cotizaciones bursátiles, al auge de las entidades no reguladas, al aumento del poder de los monopolios y a la privatización, así como a la erosión de los tipos impositivos individuales de las empresas y de los derechos y salarios de los trabajadores.
“Desde que comenzó la pandemia, se ha creado un nuevo milmillonario cada 26 horas”, asegura.
A continuación, Covid
La confederación asistencial internacional prosigue diciendo que la pandemia de covid nos ha enseñado una dura verdad.
“En los últimos dos años, la gente ha muerto al contraer una enfermedad infecciosa porque no se vacunó a tiempo. Han muerto de otras enfermedades porque no pudieron pagar la atención privada. Han muerto de hambre porque no podían permitirse comprar comida”, aduce.
… “Y mientras ellos morían, las personas más ricas del mundo se enriquecían más que nunca y algunas de las mayores empresas obtenían beneficios sin precedentes”, añade.
Oxfam considera que “la desigualdad afecta de forma desproporcionada a la gran mayoría de las personas que viven en la pobreza, a las mujeres y a las niñas, y a los grupos racializados y marginados. Ahora está prolongando el curso de la pandemia de covid-19, que ha provocado un fuerte aumento de la pobreza en todo el mundo”.
Apartheid de vacunas
Según el informe, más de 80 % de las vacunas han ido a parar a los países del Grupo de los 20 (G20) de potencias industriales y emergentes, mientras que menos de 1 % han llegado a los países de bajos ingresos.
Este «apartheid de las vacunas» se está cobrando vidas y está aumentando las desigualdades en todo el mundo. En algunos países, las personas más pobres tienen casi cuatro veces más probabilidades de morir de covid-19 que las más ricas, según el informe.
Daños climáticos para todos
“La desigualdad es mortal para el futuro de nuestro mundo. La extrema concentración de dinero, poder e influencia de unos pocos en la cima tiene efectos perniciosos sobre el resto de nosotros. Todos sufrimos el calentamiento del planeta cuando los países ricos no abordan los efectos de su responsabilidad en 92 % del exceso de emisiones históricas”, cita el documento.
“Todos salimos perdiendo cuando el 1 % más rico del mundo consume el doble de emisiones de carbono que el 50 % más pobre, o cuando unas pocas empresas poderosas pueden monopolizar la producción de vacunas y tratamientos que salvan vidas en una pandemia mundial”, continúa.
El 80 % de los más pobres, en zonas rurales
Otro informe, este del Banco Mundial, revela que cuatro de cada cinco personas que se encuentran por debajo del umbral internacional de pobreza siguen viviendo en zonas rurales, y la mitad de los pobres son niños. Las mujeres también representan la mayoría de los pobres en la mayoría de las regiones y en algunos grupos de edad.
De las personas en situación de pobreza en el mundo con 15 años o más, cerca de 70 % no están escolarizados o solo tienen una educación básica.
Y más de 40 % de las personas en pobreza del mundo viven en economías afectadas por conflictos y violencia y, en algunas economías, la mayoría de los pobres se concentran en zonas subnacionales específicas. Alrededor de 132 millones de pobres en el mundo viven en zonas con alto riesgo de inundación.
Además, según el Banco Mundial, muchos de los pobres están expuestos a múltiples riesgos. En varios países, una gran parte de los pobres vive en zonas afectadas por conflictos y muy expuestas a las inundaciones.
Ante la pandemia de covid, añade el organismo multilateral, es probable que muchos de los nuevos pobres vivan en entornos urbanos congestionados y trabajen en los sectores más afectados por los cierres y las restricciones a la movilidad; muchos se dedican a servicios informales y no están al alcance de las redes de seguridad social existentes.
El informe del Banco Mundial concluye que los conflictos, el cambio climático y la COVID-19 están teniendo un claro impacto en los pobres del mundo, y en muchos casos tienen una incidencia conjunta en los que viven en la pobreza.
T: MF / ED: EG