En la Legislatura comenzará a debatirse este jueves el proyecto de reforma con el cual el Gobierno pretende eliminar la Sala II de la Suprema Corte, último resquicio de poder no dominado completamente por el cornejismo, y avanzar en un sistema de sorteo de causas y de resoluciones con el pleno de la Corte, que está formada por una mayoría de jueces filoradicales.
Expondrá primero el subsecretario de Justicia, Marcelo D' Agostino, a media mañana, y después, en respaldo de la postura del oficialismo, también se presentará el juez José Valerio, del riñón cornejista.
Más tarde será el turno del exgobernador Arturo Lafalla (PJ) y de los exjueces Aída Kemelmajer y Alejandro Pérez Hualde. Estos últimos ya emitieron su opinión por lo que consideran una avanzada contra la independencia de la Corte.
La Sala II (penal y laboral) es el único resquicio que no controla el cornejismo en su inmensa red de poder que va desde el Ejecutivo al Legislativo, los fiscales y los jueces, los entes de control, como el EPAS, la oficina de Ética Pública y el Tribunal de Cuentas, pasando por el Ente de Movilidad Provincial y hasta la universidad pública.
Suarez, reza la propaganda oficial, "avanza con las modificaciones del sistema judicial comenzados por su antecesor Alfredo Cornejo, para adaptar el funcionamiento de la Justicia a la realidad que se vive en la provincia".
Suarez pretende con este proyecto de reforma dominar por completo el Poder Judicial, ya que la Sala II, integrada por Omar Palermo, Mario Adaro (estos dos propuestos por el PJ) y José Valerio (del riñón cornejista), no responde al radicalismo en su mayoría. La Sala I (civil y comercial) en cambio, con Teresa Day, Pedro Llorente (filoradicales) y Julio Gómez (ligado al peronismo", le es afín al oficialismo, lo mismo que el presidente de la Corte, Dalmiro Garay, exministro de Cornejo.