Gatillo fácil

Otra noche de protestas y disturbios en Francia por el asesinato de un joven a manos de la policía

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La muerte del adolescente baleado por un policía el martes en Francia generó hoy nuevas movilizaciones, varias de ellas con incidentes y disturbios hacia el final, detenciones, un pedido de perdón del agente que disparó y el renovado operativo de despliegue de miles de gendarmes que, aún así, no pudieron evitar una tarde-noche de revueltas.

“El mundo entero debe ver esto… Cuando marchamos por Nahel, marchamos por todos los que no han tenido cámara”, dijo al inicio de la marcha en Nanterre, donde ocurrió el caso de “gatillo fácil”, la madre del joven muerto.

En la ciudad, más de 6.000 personas -según el sitio de Le Monde- participaron de la llamada “Marcha blanca” bajo la consigna “Justicia para Nahel” y fueron dispersados con gases lacrimógenos después de llegar a la Plaza Nelson Mandela.

La respuesta de algunos grupos, en este caso vestidos de negro, fue apedrear a los agentes e incendiar tachos de basura, autos y árboles.

La Fiscalía de Nanterre, localidad francesa lindante a París, determinó que el policía que mató al joven repartidor de 17 años debe seguir en prisión preventiva.

El fiscal Pascal Prache concluyó hoy que no se cumplieron las condiciones legales para el uso del arma, al hablar ante la prensa.

 

El abogado del agente primero, Laurent-Franck Liénard, escribió en la red Facebook que su cliente terminó en la "cárcel por efectuar un disparo que creía necesario, con el arma que le había entregado el Estado para garantizar su seguridad y la de sus conciudadanos", pero después reveló que su defendido le había pedido perdón a la familia del joven.

Repartidor, de 17 años, Nahel fue baleado luego de resistirse a un control policial. El agente explicó ante las autoridades que quería "evitar una nueva fuga del vehículo" y aseguró que si desenfundó el arma y le apuntó directamente fue para evitar que volviese a arrancar, aunque el joven igual lo hizo.

Fue en ese momento cuando se efectuó el disparo, que según el fiscal atravesó un brazo y el tórax de Nahel, que finalmente terminó estrellándose, según se puede ver en un video que rápidamente se viralizó en internet.

"Las primeras palabras que dijo fueron para pedir perdón; y las últimas palabras fueron otra vez para pedir perdón a la familia", dijo Liénard en BFM-TV.

Si en la noche del martes sólo se vivieron escenas de violencia en el suburbio parisino de Nanterre, y anoche las protestas se extendieron a las ciudades de Lyon (centro), Toulouse (suroeste) y Lille (noreste), entre otras, el cuadro hoy se pareció, con quemas de cubiertas, rotura de vidrios en negocios y bancos e incendios de autos.

Solo anoche, unas 180 personas fueron detenidas y decenas resultaron heridas, informó el ministro del Interior, Gérald Darmanin, quien expresó su apoyo a la policía tras denunciar "una noche de violencia insoportable contra símbolos" del país, como escuelas, comisarías y edificios gubernamentales, según consignó la agencia de noticias Europa Press.

"Apoyo a los policías, gendarmes y bomberos que dan la cara con valentía. Vergüenza para los que no llamaron a la calma", indicó Darmanin, que anunció el despliegue hoy de 40.000 policías y gendarmes, entre ellos 5.000 en París, para evitar una tercera noche de protestas, un objetivo que no pudo cumplir.

En París, la Policía informó oficialmente después de las 23 (las 18 en la Argentina) de unas 40 detenciones, y en el ayuntamiento de Fives, en Lille, una treintena de personas atacó con morteros pirotécnicos la sede comunal.

En la misma Lille, pequeños grupos de jóvenes, algunos con las caras cubiertas, incendiaron basureros y automóviles alrededor de las 21 (las 16 de Argentina) y dañaron vidrieras. La Policía dio cuenta de unas 20 detenciones.

Le Monde repòrta además violentos enfrentamientos en el distrito de Mas-du-Taureau, en Vaulx-en-Velin, en las afueras de Lyon, e imágenes de autos prendidos fuegos se vieron también en Sevran.

Unas 400 personas, en su mayoría jóvenes, incluso menores de edad, se concentraron frente a la prefectura de Marsella y salieron luego a recorrer las calles con algunos choques aislados con la policía, y en Toulouse la tormenta ayudó a cesar los enfrentamientos que se daban en la plaza André-Abbal de Mirail. El Puerto Viejo de la ciudad fue evacuado en medio de gases lacrimógenos.

Las protestas se extendieron inclusive a Bruselas, Bélgica, donde grupos jóvenes convocados a través de las redes sociales salieron para protestar contra la muerte de Nahel. En medio de un fuerte despliegue de seguridad, la Policía había hecho una decena de detenciones y el transporte público quedó interrumpido en la zona del Boulevard Anspach, una de las principales calles del centro de la ciudad.

El Gobierno francés cuestionó la actuación del agente, captada también por un testigo que filmó la escena, cuyo contenido ya está en poder de la Fiscalía y que, a su juicio, acreditan que pudo cometerse un exceso.

El presidente Emmanuel Macron condenó en un mensaje de Twitter la "violencia contra comisarías, escuelas y sedes gubernamentales", las cuales consideró "injustificables" y agradeció a los "policías, gendarmes, bomberos y funcionarios electos movilizados".

Además, expresó su deseo de que "las próximas horas" sean de "contemplación" y "respeto" y convocó una reunión interministerial para examinar los últimos acontecimientos.

Por su parte, el fundador de La Francia Insumisa (LFI), el opositor Jean-Luc Mélenchon, pidió justicia y criticó las palabras del Gobierno: "Los perros guardianes nos ordenan llamar a la calma. Pedimos justicia, retirar la acción legal contra el pobre Nahel y suspender al policía asesino y a su cómplice que le ordenó disparar".

La violencia policial es un tema recurrente en Francia, donde 13 personas murieron en situaciones similares a la de Nahel en 2022.

En la memoria colectiva de los franceses están los disturbios que estallaron en 2005 en los suburbios de las grandes ciudades, después que dos adolescentes perdieran la vida electrocutados cuando huían de la policía en Clichy-sous-Bois, al noreste de la capital.

En 2005, el gobierno del entonces presidente conservador Jacques Chirac decretó el estado de emergencia, por primera vez en la Francia metropolitana desde el final de la guerra de independencia de Argelia. Los dos policías inculpados fueron absueltos en 2015.

Aunque el líder derechista Éric Ciotti y la extrema derecha pidieron la activación inmediata del estado de emergencia, fuentes gubernamentales dijeron que no lo contemplan por ahora y que ningún responsable policial lo pidió en la reunión de crisis.

El gobierno afronta una situación delicada, máxime cuando sus críticas de la víspera crearon malestar entre los sindicatos de policía, y busca conjugar la firmeza ante los disturbios con un apaciguamiento para evitar que se recrudezca la tensión.

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