Cinco de los imputados fueron condenados a prisión perpetua y dos absueltos en la causa por la salidera bancaria que sufrió Carolina Píparo en 2010, asalto que terminó con la vida de su hijo Isidro,
Esta mañana, la mujer arribó a los tribunales y, nerviosa, sostuvo que sólo espera que los acusados "reciban la condena que merecen".
"Estoy segura que fue un homicidio", reiteró Píparo en la puerta del Tribunal Oral en lo Criminal N° 2 de La Plata, donde cerca de las 11 los jueces Claudio Bernard, Liliana Torrisi y Silvia Hoerr dieron inicio a la audiencia final. "Espero que los jueces lo vean así con todas las pruebas que se presentaron", agregó.
Píparo, que se mostró muy conmovida y se quebró durante las distintas etapas del juicio oral, reconoció estar "nerviosa" esta mañana. "No dormí", señaló.
Fernando Burlando, su abogado, solicitó que el fallo "sea un ejemplo", y exigió que "caiga sobre los acusados todo el rigor de la justicia". Los acusados afrontan penas de hasta reclusión perpetua.
Los acusados
Por este hecho fueron juzgados Carlos Moreno, de 20 años, que fue reconocido por la propia víctima como el que sacó el arma y le disparó, y Carlos Burgos, de 20 años, que al comenzar el juicio estaba imputado de ser el autor material.
Además estuvieron en el banquillo Miguel Pimienta Silva, de 43 años, acusado de haber "marcado" a Píparo dentro del banco, y Luciano López, de 20, que fue señalado como el hombre que conducía la moto que interceptó a la mujer.
También fueron juzgados Juan Manuel Calvimonte, de 25 años; Carlos Jordán Juárez, de 45, y Augusto Claramonte, de 44, que actualmente se encuentra en libertad.
A los siete se los acusó de "asociación ilícita, robo doblemente calificado en concurso real con homicidio triplemente calificado por haber sido perpetrado con alevosía, con el concurso premeditado de dos o más personas y criminis causa en grado de tentativa".
El crimen
La salidera ocurrió hace tres años, cuando Píparo fue interceptada junto con su madre, María Ema Cometta, luego de haber retirado dinero de la sucursal del Banco Santander Río de 7 y 42, en esta ciudad. Tras apoderarse del dinero, y antes de huir, uno de los delincuentes disparó contra la mujer embarazada, lo que motivó que le realizaran una cesárea para salvar a Isidro, su primogénito, quien murió días más tarde.
Fuente: La Nación