Javier Milei desestimó la importancia de los cacerolazos y protestas que devinieron de in ediato tras el anuncio del DNU que deroga en forma masiva leyes de protección que evitaban abusos de mercado y desregula la economía.
El presidente aseguró que los cacerolazos "estaban prearmados" y preguntó "¿cómo hicieron para leer tan rápido el decreto. Estaba prearmado".
E insistió con una idea que repitió en los últimos días: "Si hay gente con síndrome de Estocolmo que adora a sus captores, eso no es una conducta normal. Uno no hace política por el caso especial".
Remarcó: "Se hubieran quejado de cualquier cosa porque usan a la gente como escudo de sus privilegios".