Susana Beatriz Montoya (74) fue encontrada asesinada dentro del patio de su casa en la ciudad de Córdoba este sábado. Presentaba signos de violencia: golpes en la cabeza y un corte aparentemente realizado con un arma blanca. En una pared de la casa y a pocos metros del cuerpo, hallaron un mensaje intimidante: “Los vamos a matar a todos. Ahora vamos por tus hijos". Estaba escrito en rojo con un aparente lápiz labial.
Montoya era la madre de Fernando Albareda, hijo del subcomisario Ricardo Fermín Albareda, torturado y desaparecido durante la última dictadura cívico militar. De acuerdo a lo informado por el medio La Voz, las primeras pericias indican que la víctima recibió un golpe provocado por un ladrillo o cascote pesado y luego un corte.
Albareda se dirigió hasta el domicilio porque su mamá no le respondía las llamadas y fue quien la encontró tirada en el patio, ya sin vida. Tras ello alertó a la Policía y cuando los efectivos llegaron, al entrar en la casa, descubrieron el desorden. Hasta el momento no se informó si faltaba algo de valor, pero sí se descubrió la pintada amenazante. “Solo atiné a llamar a la Policía. Salté la tapia de la casa vecina y vi que estaba muerta, ya morada”, relató Fernando al mencionado portal.
El padre de Fernando era policía y militante del ERP. Fue secuestrado durante la última dictadura y está desaparecido. Fernando fue parte de la agrupación H.I.J.O.S. y es empleado de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. Su cargo actual es encargado en Córdoba del Centro de Integración de Migrantes y Refugiados, que depende de Derechos Humanos de la Nación y de la Organización Internacional de Migrantes (OIM). Hasta el año pasado tuvo a su cargo dar charlas sobre derechos humanos a policías en formación.
En diciembre, Fernando Albareda sufrió amenazas. “Se te terminaron los amigos en la Policía.” “Te vamos a juntar con tu papito.” “Vas a morir.” Eso decían los mensajes, escritos en diferentes letras con fibra negra sobre hojas blancas, que aparecieron en puerta de entrada de su casa, junto a seis balas calibre 22 largo.
Fuente: La Voz del Interior