El martes 12 de noviembre de 2024 se metió entre los días clave de las efemérides políticas mendocinas. La minería metalífera quebró la fornida resistencia popular que la impedía en Mendoza, un hito histórico que corona la estrategia de Alfredo Cornejo para blindar la hegemonía que ostenta el proyecto político que lidera.
El radical logró lo que no pudieron sus antecesores al frente del Estado provincial, a pesar de sus intenciones favorables al avance minero. Desactivó los límites ambientales que imponía la Ley 7722 con alto consenso legislativo y escasa protesta popular, para envidia de su antecesor, Rodolfo Suárez, que reculó ante una pueblada histórica después de conseguir el aval legislativo para avanzar con la minería unos días después de asumir, en diciembre de 2019.
La historia de la 7722, la Ley que sobrevivió al acoso permanente del establishment
Cornejo consiguió la vía libre para la minería a un mes de cumplirse el primer año de su segundo mandato en la Gobernación de Mendoza, otro logro imposible para sus antecesores. La repetición al frente de la provincia está condicionada por la prohibición constitucional para la reelección del mandatario en funciones, que más de uno quiso eliminar pero no lo consiguió.
Cornejo amagó durante su primer gobierno (2015-2019) con forzar las condiciones para ir por la reelección, pero desistió frente a la multitud de obstáculos que presentaba el escenario. Designó a Suárez como sucesor en el cargo para el periodo 2019-2023, sin ceder la jefatura del radicalismo mendocino y dispuesto a abonar desde el Congreso una proyección nacional que nunca cuajó.
El paso siguiente estaba cantado. Cornejo se postuló para el segundo mandato provincial, un nivel en el que no tiene competencia electoral desde el 2013. Con tres años de gobierno por delante, el caudillo radical abrochó la habilitación para la minería, que le dará recursos para endulzar la gestión, mientras agiganta su hegemonía con el peronismo domado a bajo costo.
La única amenaza para el poder sin fin del gobernador de Mendoza es Javier Milei, con quien por ahora mantiene una aceitada alianza, que no sufrió crujidos como la de otros radicales que están más pegados mediáticamente al presidente.
Con todo esto, Cornejo está más cerca que nunca de ser el mandatario mendocino que rompa la Constitución para ir por la reelección.