Cuando la oposición dominó Diputados merced a las elecciones de 2009 "sólo una vez pudo reunir quorum", ilustra un trabajo del FpV revelado por Verbitsky.
Extracto de un texto de Horacio Verbitsky
Para Página 12
Un trabajo elaborado por la Secretaría Parlamentaria del Bloque del Frente para la Victoria desmenuza el desempeño legislativo de la oposición en los períodos 2010-2011, donde además del número se analiza el contenido.
Demuestra que aun cuando gobernaron la Cámara de Diputados y sus principales comisiones, los legisladores del Grupo Ahhh... sólo pudieron reunir el quórum necesario una vez. Salvo para repartirse las principales comisiones sin respeto por la proporcionalidad y para sancionar la ley del 82 por ciento móvil, que el Poder Ejecutivo vetó sin que hubiera una sola protesta en las calles, fueron incapaces tanto de impulsar una agenda propia como de bloquear la del gobierno.
Con una mayoría de 142 bancas contra 115 del Frente para la Victoria (87) y sus aliados (28), en teoría la oposición estaba en condiciones de garantizar el quórum propio, de 129 votos.
Sin embargo, en el 20 por ciento de las sesiones de esos dos años (8 sobre 39) no pudieron reunir el quórum. Cuando se consiguió “fueron los diputados del FpV quienes lo proporcionaron” para tratar los proyectos de sus miembros o del Poder Ejecutivo.
Uno de los tramos más significativos del trabajo es el que analiza la cantidad de sesiones convocadas y de proyectos de ley votados, y la asistencia de los principales líderes de la oposición, que vuelven a ser candidatos ahora: Ricardo Alfonsín, Felipe Solá, Ricardo Gil Lavedra, Francisco De Narváez, Gabriela Michetti, Pino Solanas, Margarita Stolbizer y Elisa Carrió.
El record de deserciones en 2010 lo tuvo el ahora Renovador Felipe Solá, quien faltó a todas las sesiones, en las que se aprobaron 86 leyes. Ese cetro fue compartido en 2011 por De Narváez, que faltó al 83,7 de las votaciones, en las que se sancionaron 77 leyes, y Carrió, con 82,6 por ciento de ausencias cuando se votaron 76 leyes.
Alfonsín no votó las leyes de represión al lavado de dinero y regulación de la publicidad del tabaco; el marco regulatorio de la medicina prepaga, y la promoción del software.
Carrió y De Narváez dieron la espalda a esas mismas leyes y a las que regulan el trabajo domiciliario, las empresas recuperadas, la muerte digna, la fertilización asistida, el trabajo agrario, la protección nacional de tierras, y la penal tributaria, además de las reformas al Código Penal.
Alfonsín y Carrió tampoco votaron las leyes de reparación a las víctimas del atentado a la embajada de Israel; Carrió la de identidad de género.
Michetti y Solanas ignoraron las de trabajo domiciliario, prescripción de delitos contra menores, muerte digna, trabajo agrario, protección de tierras y penal tributaria.
“Algunos no entendieron que la pelea de fondo era entre la política y los intereses de las corporaciones, otros tomaron cabalmente partido, y fueron empleados de las corporaciones. Nosotros dimos la batalla, sabiendo que se podía perder una votación, pero que jamás perderíamos la discusión política”, afirma el trabajo, que el Frente para la Victoria utilizará como material base para la inminente campaña.