Por Margarita Bastías
Para Agencia ANSA
"El presidente Salvador Allende no se suicidó, murió combatiendo y nunca habló de rendirse", dijo la periodista Maura Brescia, autora del libro Mi carne es bronce para la historia.
A sólo días de cumplirse el 40 aniversario del golpe militar, Brescia realizó una acuciosa investigación en base a los testimonios de soldados que ingresaron el 11 de septiembre de 1973 al palacio de La Moneda.
La autora desmiente la tesis histórica y judicial sobre la muerte del ex mandatario y asegura que Allende "murió combatiendo y nunca habló de rendirse".
"Ingresaron tres regimientos por las distintas puertas del palacio y Allende salió a combatir junto a los miembros de la Guardia de Amigos Personales (GAP), policías civiles y el médico Enrique Paris", quien fue detenido ese día y asesinado en el regimiento de Peñalolén, relató Brescia. Precisó que el mandatario portaba una metralleta AKS –y no el fusil que le había regalado Fidel Castro- y murió en el Salón Rojo y no en el Salón Independencia, como se informó posteriormente. "Este libro se basa en las pruebas legales y balísticas", prosiguió la profesional. Señaló: "Dónde se ha visto un suicidio con dos balas seguidas. No existe, menos en el mentón. Además, si hubiera sido suicidio, su ropa debería haber estado manchada totalmente con sangre". Brescia remarcó que "hay soldados que declaran haber visto a Allende tirado en el suelo". Y nuevamente se interroga: "¿Por qué hay tantas balas en el salón Independencia?". Ello avala, a su juicio, que allí murió Allende, en medio de una balacera.
Añadió que Arcadio Safín, bombero, declaró ante los tribunales que cuando llegó a la escalera de Morandé de La Moneda, que ardía en llamas, escuchó a los soldados que decían: "el viejo está listo".
La periodista apuntó al general Ernesto Baeza, quien llegó a La Moneda mandado por las fuerzas golpistas, junto a un destacamento del Servicio de Inteligencia Militar, y "hace un lado al general Javier Palacios", quien había encabezado el asalto al palacio de gobierno. "Ellos arman toda la escenografía y trasladan el cuerpo de Allende desde el Salón Rojo hasta el salón Independencia", insistió la periodista.
Y continuó: "A las 16.15 de la tarde del 11 de septiembre, cuando ya lo habían trasladado, le cambian los pantalones y ahí ingresa la Brigada de Homicidios" de la policía civil. Posteriormente se mostrará la imagen de Allende, sentado en el sillón presidencial con el fusil entre las piernas que le regaló Castro y con el cual se habría quitado la vida.
Brescia aclaró que esa no era el arma que le había regalado el mandatario cubano, por cuanto no tenía una placa inscrita sino que la dedicatoria iba en una tela de genero que llevaba adosada. Consultada por los testimonios de los médicos del Jefe de Estado que acompañaban a Allende y sobrevivieron, Patricio Guijón y Arturo Jirón, quienes aseguran que Allende se suicidó, Brescia sostuvo que "los médicos son los que menos estuvieron con Allende"."París fue el único que combatió a su lado", dijo.
Para la periodista, escribir ese libro constituía un "deber moral de que se sepa la verdad en este caso". Además, hizo notar que "se ha propagado que esta causa está cerrada, cuando no es así. A raíz de mi libro, hace tres semanas, la Corte de Apelaciones aceptó un recurso de casación presentado por los abogados Robertos Celedón y Matías Coll, y lo elevó a la Corte Suprema, la cual deberá resolver", adelantó. Según la autora, "desde la sombra actuaron fuerzas interesadas en la consecución de sus propias agendas, de carácter político o personal, más que en el descubrimiento de la verdad histórica acerca del destino del trigésimo tercero presidente de Chile". En diciembre de 2012, el juez Mario Carroza dictó el cierre definitivo de la investigación por la muerte de Allende -cuyos restos fueron exhumados en junio de 2011- y confirmó la tesis de suicidio, lo que fue ratificado por la Corte de Apelaciones en mayo de este año.