El mandatario declaró la emergencia y/0 desastre y habilitó los mecanismos de contingencia económica y financiera previstos por ley para paliar los efectos del clima en la rentabilidad de las plantaciones.
El Gobernador declaró el estado de emergencia y desastre en las zonas con cultivos afectados por las heladas. Francisco Pérez firmó el decreto el martes en la tarde, después de que el Ministerio de Producción recabara unas 6.000 denuncias de daños que abarcan a alrededor de 54.ooo hectáreas.
La declaración permite que los empresarios que perdieron más del 80% de su producción accedan a perdones impositivos y otro tipo de asistencias con carácter de subsidio, mientras que los que perdieron por entre el 50 y el 80% pueden acceder a moratorias y periodos de gracia en el pago de impuestos y servicios.
"He firmado el decreto 1.730 por el cual se declara la emergencia agropecuaria y/o desastre agropecuario", anunció Pérez en Twitter antes de presentarse en la inauguración de la 2º etapa de la obra de recuperación patrimonial y puesta en valor de la “Casa de las Bóvedas”, en Maipú. La firma del decreto coincidió con el Día del Trabajador Rural, en este caso la punta más sencible del problema generado por las inclemencias climáticas en la economía del campo.
"Abarca todos los predios rurales que hayan sufrido pérdidas de significación en sus cultivos", indicó Pérez en la red social y cerró sobre el tema: "El productor afectado por la contingencia climática gozará de los beneficios que otorga la ley".
Seis mil fincas con cultivos dañados
El ministro de Producción, Marcelo Barg, dio explicaciones en la Comisión de Economía de la Cámara de Diputados sobre los efectos de las heladas y las respuestas del Estado. Contó que un equipo de 50 peritos dependientes de su cartera validaron con el estudio de una muestra de dos fincas por distrito los datos surgidos de las denuncias de los damnificados: 6.000 presentaciones que involucran a unas 54.ooo hectáreas.
Barg detalló algunos de los efectos del clima. La cereza de consumo fue arruinada “casi en su totalidad”, mientras que el damasco "prácticamente al ciento por ciento” y el durazno tienen una “afectación visible”. Las peras, melones primicia, almendras, y variedades de vid como Chardonnay y Chenin, "hasta el momento no tienen mayor afectación".
Tras repasar el parte de daños, Barg advirtió que aún no se cuenta con la totalidad de las denuncias de daños de los productores ni de los peritajes y las tasaciones, lo que le impidió dar un detalle acabado de la situación del empleo y la subsistencia de los productores más pequeños.
