El Tribunal Regional de Murmansk, Rusia, rechazó este lunes el pedido de libertad bajo fianza de la activista argentina de Greenpeace Camila Speziale, detenida junto a otros 29 ecologistas, entre ellos otro argentino, durante una protesta contra la exploración petrolera en el Ártico.
La joven de 21 años continuará detenida al menos hasta el 24 de noviembre próximo, cuando concluya la prisión preventiva y comience el juicio, informó Greenpeace Argentina.
"Soy inocente y no entiendo de qué se me acusa. Estoy arrestada por algo que no hice. Realmente quiero volver a mi país y seguir trabajando y estudiando", dijo Camila al hablar ante los jueces. En el marco de la audiencia celebrada este lunes, la activista argentina añadió: "Se me considera peligrosa para la sociedad ¿Cómo puede ser? El mundo entero está pidiendo mi liberación".
Hasta el momento suman ocho las apelaciones fallidas ante el Tribunal de Murmansk y se espera que en el transcurso de la semana se defina la situación de las 22 restantes. Tras conocerse el revés judicial, el director ejecutivo de Greenpeace Argentina, Martín Prieto, afirmó: "Vamos a seguir trabajando en todo el mundo para lograr la libertad definitiva de Camila, Hernán (Pérez Orsi) y todos los detenidos por hacer valer su derecho a señalar públicamente los crímenes ambientales". "Ellos están presos bajo la absurda e injusta acusación de piratería, mientras que las empresas como Gazprom y Shell siguen con sus planes de destruir el Ártico en busca de unas gotas más de petróleo", advirtió.
Camila Speziale tiene 21 años y hasta la detención vivía en el barrio porteño de Caballito. Estudia fotografía y es voluntaria de Greenpeace desde hace 4 años. Está detenida desde el 16 de septiembre. Ese día, en la que era su primera misión internacional, los treinta activistas de Greenpeace viajaban en el rompehielos "Arctic Sunrise" y desde allí intentaron escalar la plataforma petrolera de Gazprom, en el mar de Pechora, para alertar sobre el peligro que la actividad implica en esa zona, rodeada de tres reservas naturales. Después de la protesta el rompehielos fue apresado por la guardia de fronteras rusa y sus tripulantes -todos activistas- quedaron detenidos.
La investigación penal abierta por el Comité de Instrucción (CI) ruso es por “piratería llevada a cabo por un grupo organizado”. Un delito que prevé una pena de hasta 15 años de prisión. Hasta el momento, más de un millón de personas en el mundo firmaron la petición para que los ecologistas sean liberados, informó la agencia Télam.
Continuará detenida, junto a los 29 activistas de Greenpeace, por lo menos hasta el 24 de noviembre, cuando concluya la prisión preventiva y empiece el juicio.