Por O. Fernández, S. Rodríguez, P. Salazar y B. Blanco
Para La Tercera
Dos mil quinientas viviendas destruidas, 11 mil damnificados, 1.145 hectáreas afectadas y 15 personas fallecidas era, hasta la mañana de este martes, el saldo general del incendio que desde las 16 horas del sábado afecta a la zona alta de Valparaíso, particularmente a los cerros Las Cañas, Ramaditas, Mariposa y Rocuant. El megasiniestro, compuesto por varios focos de fuego, obligó al gobierno a decretar el estado de catástrofe en el Puerto. Sin embargo, la tragedia y parte de sus efectos fueron previstos por un sinnúmero de informes de instituciones cercanas al tema.
Patricio Lara, cuarto comandante del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso, señaló que a partir de dos incendios ocurridos el año pasado en la ciudad (el 14 de febrero, en el sector de Rodelillo, y el 27 de abril, en cerro Mariposa) se inició un trabajo de preparación para estos eventos.
“Efectuamos un entrenamiento en conjunto con las brigadas de Conaf y, además, evaluamos en terreno los riesgos a partir de la información que Conaf ya había levantado, con lo que se determinaron cerca de 12 puntos críticos”, dijo.
Lara precisó que “según los estudios de Conaf, en determinadas zonas había vegetación en altura y alta exposición al viento sur. Nosotros, además, comprobamos en terreno que había quebradas llenas de desperdicios inflamables, como neumáticos, y establecimos que ante un incendio era probable que el fuego se propagara con violencia al sector poblacional”.
Según este análisis, el sector comprometido incluía a los cerros Merced, La Cruz, Mariposa y Florida. “O sea, gran parte de la zona afectada por el evento actual. La información madre para nuestro trabajo interno estaba en los informes de Conaf, los cuales eran entregados a la autoridad”, apuntó Lara.
Consultada la Corporación Nacional Forestal (Conaf) por la existencia de estos informes previos que alertaban sobre puntos críticos, y que incluían los actualmente afectados, su director ejecutivo, Aaron Cavieres, sostuvo que “ese ha sido nuestro trabajo recurrente. Tenemos una larga experiencia en señalarles a las autoridades municipales del país respecto de la necesidad del entorno periurbano”.
Agregó que “hemos estado trabajando largamente en Valparaíso y Viña del Mar (...) y venimos planteando a la autoridad la necesidad de cubrir esto tempranamente, porque es parte de la prevención”.
Pablo Beitía, director de estudios de la fundación Techo Chile, explicó que las precariedades de los asentamientos del sector, lo que influye en su peligrosidad, se conocían desde hace años. “Tienen escasos servicios básicos, como luz y agua y, en general, son viviendas construidas con materiales precarios, muy combustibles”, explicó.
Debate universitario
Uriel Padilla, académico de la Universidad de Valparaíso, efectuó en 2012 un estudio que establecía un ranking de riesgo de las cuencas de la V Región. Para realizarlo, se consideraron 48 variables, entre ellas, susceptibilidad de incendio, inundaciones y mal emplazamiento de las casas.
“La cantidad de incendios ocurridos en esta zona entre 2005 y 2009 fue de 227 siniestros. Eso da 70 episodios por año: más que la media nacional, de 40”, sostuvo.
En su diseño del ranking de vulnerabilidad, una de las más expuestas al peligro era la cuenca número 8, que abarca los cerros Rocuant, San Roque y O’Higgins. Y también la cuenca 3 -tercera en la clasificación-, que contempla a los cerros Yungay, Jiménez, Cárcel, San Juan de Dios y La Cruz. Todas zonas actualmente comprometidas.
Este estudio, según Padilla, se presentó en 2012 en la Dirección de Extensión de la U. de Valparaíso y se invitó a las autoridades que entregaron datos para el estudio, entre ellas, los ministerios de Vivienda y de Salud. “Tras esto, se presentó también al Colegio de Arquitectos y a la Cámara Chilena de la Construcción”, dijo el académico.
Observatorio de ciudades
Otro informe, elaborado entre agosto y octubre de 2013 por el Observatorio de Ciudades de la Universidad Católica, para el programa de Aldeas y Campamentos del Minvu, también alertó sobre el peligro en estos espacios.
El estudio comparaba la situación inicial de 657 campamentos catastrados a nivel nacional -en 2011- con el contexto en que se encontraban en ese momento. Se determinó que 83 tenían un alto riesgo de incendio. De éstos, al menos 10 estaban en Valparaíso, como Pueblo Hundido y Las Alondras, ubicados cerca de los focos del siniestro actual.
“Los campamentos se van colocando en los límites de las quebradas de Valparaíso, donde los peligros no son sólo los incendios, sino también inundaciones y los derrumbes”, explicó el arquitecto Rodrigo Tapia, profesor de la Universidad Católica.
Agregó que “el gobierno pasado hizo un esfuerzo por abrochar temáticas en donde avanzó, como el cierre de los campamentos, pero no alcanzó a abrir la discusión sobre los desafíos que dejaba el informe”.