El fondo buitre Elliot, que propició el embargo de la Fragata Libertad en Ghana, adquirió el control de una fábrica de mazos de cables para la industria automotriz instalada en San Juan que fue controlada por el holding mendocino IMPSA hasta setiembre del año pasado. La compañía TCA dejó de ser interesante para el grupo Pescarmona por la caída de la promoción industrial que beneficiaba a San Juan y otras tres provincias vecinas.
La irrupción del fondo buitre que más batalla contra Argentina en el mundo para cobrar los títulos de la deuda en default se produjo en setiembre, según informó el diario Tiempo de San Juan. El desembarco del fondo dirigido por Paul Singer, que tiene entre sus inversores a la esposa del ex candidato a presidencia de Estados Unidos, Mitt Romney, se produjo gracias al desánimo que provocó el fin de la promoción industrial en los anteriores dueños de la compañía TCA, que tiene su planta en el departamento Santa Lucía.
El fondo buitre de Singer pasó a controlar TCA a través de la compañía Delphi, una autopartista estadounidense que era de General Motors hasta que cayó en desgracia financiera y fue comprada por el fondo Elliot.
TCA tiene en San Juan una planta de más de 12.000 metros cuadrados y existe como tal desde 1987, cuando adquirió la infraestructura a la empresa Renault. Desde el principio, tuvo en los cupos de promoción industrial uno de los incentivos principales para funcionar en San Juan. Con el tiempo, el control de la empresa fue adquirido por el grupo mendocino Pescarmona, quien al caerse la promoción industrial puso en venta su participación.
Con casi 500 trabajadores, TCA es la tercera empleadora privada de la provincia detrás de la autopartista Taranto y la fábrica de galletitas Dilexis. Las tres fueron beneficiadas con cupos de la promoción industrial.
En un artículo publicado el sábado 13 de enero, firmado por el periodista Sebastián Saharrea, el diario Tiempo de San Juan dio cuenta del proceso de adquisición de Delphi por parte del fondo buitre que provocó el embargo de la Fragata Libertad en Ghana.
La nota explica que Delphi ya está instalada en el país desde hace tiempo: tiene una planta en Tierra del Fuego –donde se quejaron por el despido de trabajadores- y fabrica equipos de radio y seguridad. El martes , la ministra de Industria, Débora Giorgi, recibió a las autoridades de la compañía con sede en EEUU, que le anunciaron que comenzarán con la fábrica de mazos de cable nacionales desde TCA en San Juan. La información fue publicada en la página oficial Argentina.ar.
Pero, como remarca la publicación sanjuanina, TCA ya viene fabricando desde hace muchos años ese producto en la provincia cuyana. El problema para TCA fue que a fines del año pasado se le cayeron los cupos de promoción industrial y comenzó a bajar la producción. Por ese motivo, Pescarmona decidió poner a la venta a la empresa.
Allí apareció Delphi, que compró la compañía y obtuvo una compensación a cambio de la caída del cupo: recibió de la ministra Giorgi la promesa de subir a la mesa de homologación, que es la que maneja la sustitución de importaciones. Dolphi prometió conservar a los trabajadores originales y sumarle otros 50 puestos de trabajo en su planta sanjuanina.
El papel del buitre
El fondo Elliot compró la deuda de la autopartista Delphi, y luego adquirió las acciones que le permitieron convertirse en su accionista controlante. Delphi era una subsidiaria de General Motors que cayó en serios problemas financieros como consecuencia de la crisis mundial del 2008. Cuando eso ocurrió, el fondo de Singer adquirió la deuda en un 20% de su valor nominal y luego compró acciones a 0,67 dólares, las mismas que cotizaron 22 dólares cuando salieron al mercado.