Por Hernán Dearriba
Enviado de Infonews a Nueva York, EE UU
La presidenta Cristina Fernández profundizó ayer suestrategia de acumular caudal de respaldo políticoalrededor del globo para enfrentar la disputa que la Argentina mantiene con los fondos buitres. En ese esquema, mantuvo en Nueva York una extensa entrevista con el magnate húngaro-estadounidense George Soros, recibió el respaldo de la más importante confederación gremial del mundo y también el compromiso del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, de que impulsará el proyecto argentino para limitar el accionar de los holdouts.
El encuentro con Soros marcó un punto alto de la visita de la mandataria a esta ciudad. El financista llegó al hotel Mandarín Oriental minutos después de las 18 y se retiró caminando una hora más tarde. Fuentes de la delegación argentina destacaron en dialogo conTiempo Argentino que se trató de un ¨muy buen encuentro, con un clima muy positivo¨.
Michael Vachon, vocero del empresario, señaló anoche al término de la reunión que "la presidenta Kirchner y el señor Soros discutieron una serie de temas, incluyendo las perspectivas de la economía de Argentina, recientes acontecimientos positivos en la energía y el sector de los hidrocarburos, y la reforma política de drogas de Argentina en América Latina".
La reunión se dio en el marco de la escalada política de la Argentina para sostener la disputa judicial con los fondos buitres que tendrá esta semana un momento de trascendencia en la jornada de mañana, cuando la presidenta defienda la posición nacional en la Asamblea General de las Naciones Unidas y en el Consejo de Seguridad que presidirá el mandatario estadounidense Barack Obama.
Soros no es ajeno a la disputa ya que, además de diversas inversiones en el país (detenta el 3,5 por ciento de las acciones de YPF), demandó ante los tribunales de Londres al Bank of New York Mellon (BONY) por no transferir a los bonistas los pagos efectuados por la Argentina.
El encuentro se produjo además minutos después de que se conociera la convocatoria del juez del Segundo Distrito sur de Nueva York, Thomas Griesa, a una nueva audiencia en la que podría autorizar al Citibank a pagar los bonos con legislación argentina, lo que hasta el momento había impedido por una polémica decisión judicial.
Precisamente, la presidenta argentina se ocupó largamente en la tarde neoyorkina del fallo de Griesa. Ante un auditorio de representantes de entidades gremiales internacionales que se congregaron en el Consulado argentino para expresar su solidaridad con el país, Cristina sostuvo que "hoy resulta que tenemos 539 millones de dólares que no han sido embargados, ni han sido transferidos a los bonistas, ni han sido devueltos".
"No se les distribuye a los acreedores y tampoco se ejecuta la sentencia de Griesa. El juez no cumple su propia sentencia, estamos ante una sentencia de caracter incumplible, cuando alguien hace eso no es porque si, o porque sea una persona mayor, las cosas tienen una dirección y un fin, y en este caso quieren tirar abajo la reestructuración exitosa de la Argeentina", denunció la presidenta.
Cristina Fernández anticipó ayer que la Argentina volverá a depositar los fondos necesarios para afrontar los vencimientos de fin de mes, que en este caso ascienden a 138 millones de dólares.
El comentario del vocero de Soros sobre los buenos resultados de la política energética de la Argentina no pasó inadvertido en la delegación nacional. Más temprano, en el encuentro con los sindicalistas internacionales, la presidenta había vinculado los planteos de los fondos buitres con un ánimo depredatorio de las crecientes reservas de hidrocarburos no convencionales que están surgiendo en el país, especialmente en el yacimiento de Vaca Muerta. "Un ex funcionario estadounidense que se entrevistó con un funcionario de la Argentina le dijo que aquí en Estados Unidos se habla de la Argentina como la segunda Arabia Saudita. Con una diferencia: no estamos en una región conflictiva sino pacífica y creo que eso es lo que está pasando", advirtió la mandataria. Muchos interpretaron en esa línea uno de los ejes argumentales centrales que la presidenta argentina podría plantear en la Asamblea General de la ONU en su intervención de mañana.
En sus críticas contra la actuación del Poder Judicial estadounidense, Cristina repasó el tono de un artículo publicado por el diario Financial Times que reveló la endeblez de la jurisprudencia que aplicó la Cámara de Apelaciones de Nueva York para rechazar la apelación conjunta de la Argentina y el Citibank contra el fallo de Griesa, que el magistrado podría revisar ahora el viernes próximo.
"Hoy nos enteramos que el antecedente que se tomó es una causa entre la ONG Weight Watchers que representa el interés de la gente con sobrepeso contra el restaurante Luigino, esto habla de la poca seriedad, de la poca juricidad y de la poca institucionalidad de la causa conocida como 'el juicio del Siglo'", se quejó la presidenta.
Cristina Fernández aprovechó el encuentro con los sindicalistas para defender el proyecto impulsado por la Argentina para establecer un mecanismo regulatorio global a los procesos de reestructuración de la deuda que ponga límites al accionar de los fondos buitres. "Argentina es un espejo en la cual se vieron reflejados muchísimos países del mundo", afirmó la presidenta y recordó que en su reciente almuerzo con el Papa Francisco en Roma el Sumo Pontífice le relató "su preocupación por la juventud sin trabajo en Europa".
Por eso saludó los gestos de solidaridad que acumuló en estas horas y pidió hacer "mucha fuerza para que en el curso de este año tengamos listo y sancionado el tratado multilateral para la reestructuración de deuda".
"Nos va la vida en ello y la susbsistencia de un mundo más justo, más equitativo para los trabajadores, para los empresarios y para los jóvenes que han perdido las utopias. Esto no es solamente para no llores por mí Argentina, sino es para no llores por mí the world", advirtió.
