Mendoza quedó tercera en cantidad de asesinatos a manos de fuerzas policiales según el informe anual de la Correpi

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Los asesinatos en el marco de la protesta social, en marchas, movilizaciones y cortes de ruta, suman 69 desde 1995, según el último informe de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi), que ubicó a Mendoza como una de las provincias donde es más alarmante la cantidad de abusos a manos de las fuerzas de seguridad si se tiene en cuenta la proporción de casos con la cantidad de habitantes.

"Si sólo miramos la cantidad de casos ocurridos en cada provincia, queda clara la hegemonía absoluta de la provincia de Buenos Aires, con el 45% del total, seguida de lejos por Santa Fe, Córdoba, la ciudad de Buenos Aires y Mendoza. Pero, mientras la provincia de Buenos Aires tiene más de 15 millones y medio de habitantes, Mendoza apenas supera 1.700.000. Por lo tanto, no es posible sacar conclusiones comparando los 1.946 casos de una con los 243 de la otra, si no contemplamos, a la vez, esa enorme diferencia poblacional", precisaron los autores del balance, que puede verse completo en este link.

 

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"Las permanentes campañas de 'ley y orden', al amparo del discurso oficial de la 'inseguridad', invisibilizan estos homicidios contra jóvenes y pobres, que sólo trascienden en circunstancias muy particulares, o cuando son seguidos de una fuerte reacción popular que atraviesa el muro mediático", sintetizó la Correpi.

Los responsables de estos abusos, además de las policías de cada provincia, tienen nombre y apellido: "Gendarmería y prefectura, que irrumpieron en el ámbito del gatillo fácil, la tortura y las muertes en movilizaciones y manifestaciones a mediados de los ’90, y hoy comparten el control territorial con las policías, ven año tras año su participación".

Las muertes causadas por miembros de empresas privadas de seguridad siguen en franco ascenso, indica además el informe, así como la categoría “otras fuerzas”, donde además de personal de las fuerzas armadas, "se clasifican, hasta ahora, las patotas y otros grupos de choque paraoficiales, en la modalidad que llamamos 'tercerización de la represión'".

Los jóvenes, blanco principal

El 51% de los casos de víctimas de abusos policiales corresponde a personas de 25 años o menos, indica la Correpi, en coincidencia con un estudio de casos proporcionado por a Asociación Gatillo Fácil Mendoza.

El 70% de las víctimas de gatillo fácil, dice este informe tenía entre 16 y 30 años y la participación de la policía provincial como autores de estos abusos se da en forma constante a lo largo del periodo considerado, con altos y bajos moderados y tendencia creciente. “La participación de la fuerza penitenciaria provincial comienza a manifestarse a partir de 2003, con altos y bajos muy pronunciados y con tendencia creciente. En los casos en que los autores fueron policías, aquéllos no se hallaron concentrados en unas pocas dependencias sino que ocurrieron bajo jurisdicción de casi todas las comisarías y fuerzas”, precisa ese documento realizado en esta provincia.

"Los rangos de edad con absoluta preeminencia de las víctimas jóvenes, son un claro indicador del contenido de control social de la represión. Si se suman los de menos de 35, se llega al 77% del total", señalaron.

La simulación de causas y el rol de la prensa

En la categoría de muerte de personas privadas de su libertad, "confluyen los inverosímiles suicidios por ahorcamiento o incendios en cárceles y comisarías, que encubren, en una enorme proporción, la muerte por aplicación de tormentos. La casi totalidad de las muertes en comisaría corresponde a personas que no estaban detenidas por acusaciones penales, sino arbitrariamente detenidas por aplicación de las más efectivas herramientas de control social, la averiguación de antecedentes y los códigos de faltas y contravenciones", remarcó la Correpi.

"Los asesinatos en el marco de causas fraguadas para 'hacer estadística' y exhibir una eficiencia muy lejana a la real y los hechos resultantes de otros delitos cometidos por miembros de las fuerzas de seguridad, reconfirman la constante participación policial en delitos comunes, vendiendo información, proveyendo zonas liberadas, proporcionando armas o interviniendo directamente en la organización de robos tipo comando, tráfico de drogas y autos robados, secuestros extorsivos, trata de personas, etc., incluso a veces como parte de 'operaciones de prensa' para ganar prestigio desbaratando los ilícitos que ellos mismos generan, o para ganar espacios en sus disputas de poder internas", remarcó el documento.

Fuente: Correpi/Gatillo Fácil Mendoza

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