El Observatorio de la Violencia de Estado en Mendoza desmintió a la Policía: "Morir en una celda expresa el terror represivo"

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suicidio

Después de una nueva muerte de un joven en un calabozo de la Policía de Mendoza -el viernes hallaron sin vida en la Comisaría 27 de Godoy Cruz a Leonardo Rodríguez, de 20 años-, el Observatorio de la Violencia en Mendoza inició una campaña para desmentir las versiones de los uniformados "de que los pibes se suicidan en las comisarías".

"Morir en una celda de comisaría, un lugar teóricamente dispuesto para que ello no suceda, constituye una de las peores expresiones de los métodos de terror represivo vigentes aún en democracia. Estos hechos se suceden cada vez con mayor frecuencia", señalaron.

En coincidencia con el reciente informe de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi) -que ubicó a Mendoza como una de las provincias donde es más alarmante la cantidad de abusos a manos de las fuerzas de seguridad si se tiene en cuenta la proporción de casos con la cantidad de habitantes- y las incesantes alertas de la Asociación Gatillo Fácil Mendoza, que señaló a los jóvenes como los principales blancos de abusos policiales, el observatorio puntualizó que "a la fecha se registran en Mendoza 223 muertes de jóvenes a manos del Estado, o bajo su custodia".

De esa cantidad, precisaron, "28 se produjeron dentro de las comisarias, y de éstas 17 fueron caratuladas como 'suicidios'", tal como fue el caso del joven encontrado muerto en la celda de la 27, a quien rápidamente la policía etiquetó como "suicida".

"Es común que los familiares encuentren marcas de suelas de zapatos, escoriaciones de ligaduras en muñecas y tobillos, golpes, heridas y quemaduras en el cuerpo de la víctima. Estos suicidios en circunstancias poco claras y a menudo altamente sospechosas suelen repetirse como estrategia de encubrimiento de la tortura seguida de muerte", describió el observatorio sobre los signos que, acusan, rara vez son investigados por le justicia o estamentos de poder estatal. 

"Hasta ahora no se sabe de ningún responsable que haya sido condenado. La mayoría ni siquiera fue procesado. La impunidad se ve favorecida por la dificultad de las familias, en general humildes, para acceder a pericias de parte. Y porque la policia es la que construye y difunde la primera –y a veces la única– versión de los hechos que habitualmente incluye la criminalización de la víctima", remarcaron.

También Gatillo Fácil Mendoza alertó sobre este último punto en un informe presentado hace pocas semanas: de los 217 casos de abusos policiales que se registraron en Mendoza desde el retorno a de la democracia a esta fecha, sólo 8% de los autores de esos crímenes fue condenado, mientras que el 56% goza de distintas formas de impunidad como no imputación, sobreseimiento, absolución, archivo de causa o estar prófugo.

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