El Gobierno de Francia apeló a un ardid constitucional para liberalizar la economía obviando al Parlamento

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El primer ministro francés, Manuel Valls, gambeteó al Parlamento para aprobar  una Ley que liberaliza la economía del país, admitiendo la debilidad política del Partido Socialista en el gobierno.
El primer ministro francés, Manuel Valls, gambeteó al Parlamento para aprobar una Ley que liberaliza la economía del país, admitiendo la debilidad política del Partido Socialista en el gobierno.

 

El Gobierno de Francia aprobó este martes el proyecto de ley de liberalización económica sin someterlo a votación en el Parlamento, tras acogerse al artí­culo 49.3 de la Constitución, ante la imposibilidad para alcanzar una mayorí­a de votos en la Asamblea Nacional.

El proyecto es uno de los pilares de las reformas económicas del gobierno socialista del primer ministro, Manuel Valls, fue aprobado por un procedimiento similar a una moción de confianza ante la fragilidad parlamentaria del Ejecutivo, informó la agencia de noticias EFE.

El texto conocido como "ley Macron" -por el nombre del ministro de Economía, Emmanuel Macron- se considerará aprobado salvo si se presenta una moción de censura dentro de las 24 horas siguientes y se vota en las 48 horas posteriores.

El proyecto de ley contempla iniciativas para ampliar -de cinco a doce- los domingos en los que los comercios pueden abrir en las zonas turí­sticas, la desregularización de ciertas profesiones como los notarios o la liberalización de sectores como el transporte público en autobús.

La última vez que un gobierno francés recurrió a este atajo constitucional fue en 2006, cuando el entonces primer ministro Dominique de Villepin lo usó para sacar adelante su proyecto de ley de igualdad de oportunidades y su polémico contrato laboral para jóvenes.

"Nada nos hará renunciar, nada nos hará dar marcha atrás", declaró Valls al anunciar que se acogí­a a esa herramienta constitucional "por el interés general".

Antes, en un discurso enérgico, Macron defendió la llamada Ley para el crecimiento, la actividad y la igualdad de oportunidades entre abucheos de sus detractores y aplausos de sus correligionarios.

En lí­neas generales, desde la izquierda se critica el texto por ser demasiado liberal, mientras que la derecha juzga que el proyecto de ley no aportará un crecimiento significativo a la maltrecha economí­a francesa.

Los diputados de izquierda, los ecologistas y algunos de los escaños "rebeldes" del Partido Socialista (PS) habí­an anunciado que votarí­an contra el texto, que fue debatido entre los parlamentarios durante las últimas tres semanas.

Los líderes opositores franceses cuestionaron la decisión del Ejecutivo de aporbar un proyecto de ley sin someterlo a votación en el Parlamento.

El presidente de la conservadora UMP, Nicolas Sarkozy, aseguró hoy que no hay "ni mayorí­a (parlamentaria) ni gobierno" en Francia después de que el Ejecutivo socialista recurrió al recurso legislativo.

"La verdad explota en el gran dí­a: ya no hay ni mayorí­a ni gobierno", escribió Sarkozy en su cuenta de Twitter Sarkozy y firmó el mensaje con sus iniciales para reafirmar su autorí­a personal.

Por su parte, la lí­der del ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen, fue más lejos y pidió hoy la dimisión del gobierno francés.

En una "aterradora confesiónn de fracaso", el propio Ejecutivo "reconoce no tener ya la mayorí­a necesaria", subrayó la eurodiputada ultraderechista en una rueda de prensa en la sede de su partido.

Crí­tica con "esta casta en el poder", Le Pen denunció este "signo" de que, para sus miembros, "la obediencia a la Unión Europea es un principio superior a la democracia".

El recurso al artí­culo 49.3 para aprobar la llamada "ley Macron" debilitará forzosamente al gobierno, según Le Pen.
Además, destacó que contradice diferentes declaraciones previas tanto de Valls como del presidente Francois Hollande que aseguraron que no recurrirí­an a él.

Según la dirigente ultraconservadora, la disolución (del gobierno) permitiría obtener una Asamblea Nacional "más representativa" de las aspiraciones de los franceses.

 

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