La Fiscalía de Ginebra, Suiza, realizó este miércoles un registro de las oficinas del HSBC en la capital del país como parte de la investigación penal sobre el lavado de capitales que, presuntamente, realizó ese banco. El ministerio público explicó que la apertura de esa investigación se produce "después de las recientes revelaciones públicas relativas al banco privado HSBC", en referencia a las informaciones periodísticas publicadas hace diez días por decenas de medios de comunicación de todo el mundo coordinados por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés).
Además del propio banco, la investigación involucra a otras entidades o individuos cuya identidad se mantiene en reserva, conforme a los procedimientos que se aplican en Suiza.
El banco emitió un comunicado en el que señala que ha cooperado "de forma continuada" con las autoridades suizas "desde que tuvo conocimiento de los datos robados en 2008", en referencia a los archivos de clientes sustraídos por un informático que trabajaba en la entidad, Hervé Falciani.
El registro de la filial suiza del banco británico está dirigido por el fiscal general del cantón de Ginebra, Olivier Jornot, con la asistencia del fiscal principal, Yves Bertossa, según informó el ministerio público en un comunicado.
"Tras las informaciones aparecidas en la prensa, he decidido abrir una investigación penal para verificar los reproches que eventualmente se pueden hacer al banco", señaló Jornot a los periodistas presentes en el exterior de los locales, donde los registros continuarán durante todo el miércoles para "asegurar las pruebas necesarias".
Delito de blanqueo agravado
"Se trata de datos en cantidades muy importantes. Buscamos todas las informaciones relacionadas con cuentas y clientes titulares de fondos procedentes de infracciones penales", agregó el fiscal.
Según la ley suiza, un banco puede ser acusado de un delito de blanqueo agravado si "no ha tomado todas las medidas de organización necesarias para impedir las infraccciones que se producen en su interior". Las penas por este delito pueden ir desde cuantiosas multas hasta un máximo de 5 años de prisión.
Además, la Fiscalía añadió que, "en función de cómo evolucione", la investigación podría ampliarse a "personas físicas que podrían ser acusadas de haber cometido actos de blanqueo" o de haber participado en ellos.
El HSBC admitió las prácticas denunciadas por la investigación, pero aseguró que pertenecen al pasado. "Desde 2008, el HSBC ha modificado radicalmente su estrategia", ha señalado la entidad, que asegura haber clausurado multitud de cuentas para evitar riesgos.
Sin embargo, el regulador financiero de Reino Unido y el Parlamento de ese país anunciaron que investigarán al HSBC y se ocupará también de su comportamiento actual.
Las filtraciones de Falciani, el punto de partida
Las investigaciones del ICIJ -que toman como punto de partida la de las autoridades francesas sobre los archivos robados al banco por Falciani- vinculan a la filial suiza del HSBC con operaciones de fraude fiscal y blanqueo de capitales ligados al narcotráfico y la financiación del terrorismo.
Antes de esas revelaciones periodísticas, y nada más conocer los datos filtrados por Falciani, varios países -como Francia, Bélgica y EE.UU.- abrieron procesos penales por la actuación del HSBC, mientras que otros, como España, utilizaron los datos para incitar a una regularización de capitales. En Argentina hay una denuncia de organismos oficiales sobre evasión, pero no ha avanzado en los estrados judiciales por decisión de los funcionarios de ese poder.
La investigación abierta ahora es la primera que se realiza en Suiza al HSBC. Según explicó el fiscal general de la Confederación Helvética, Michael Lauber, en una entrevista reciente con la revista Hebdo, el hecho de que la información filtrada por Falciani fuese robada no permitía que la Justicia suiza la utilizará. El hecho de que los detalles ahora sean de dominio público "cambia la situación", añadió Lauber, quien adelantó que, si se llegaba a la conclusión de que las sospechas eran fundadas, se abriría una investigación.
Los datos filtrados por Falciani pertenecen a más de 100.000 clientes del banco que movieron en total de 88.600 millones de euros de capital desde noviembre de 2006 a marzo de 2007.
A partir de esa filtración y de su posterior investigación por parte de las autoridades francesas, el ICIJ contó con tres tipos distintos de archivos internos del banco: unos reflejan los nombres de clientes y sus cuentas privadas en la entidad desde 1988 a 2007, otros son resúmenes de las cantidades máximas de clientes durante 2006 y 2007 y el último tipo son apuntes de empleados del banco sobre clientes y conversaciones con ellos durante 2005.
Fuente: RTVE