El oficialismo convirtió en ley la reforma del sistema de Inteligencia Nacional por 131 votos a favor y 71 votos en contra. La norma ordena la disolución de la Secretaría de Inteligencia (SI) y su reemplazo por la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). La presidenta envió el proyecto de ley tras lo ocurrido con el fiscal Alberto Nisman, quien fue hallado muerto en su departamento por causas que se investigan y que involucran una compleja trama de redes de inteligencia.
En lo que constituye la primera sesión extraordinaria del año, la oposición conformada por el PRO, el radicalismo, el massismo y el Frente Amplio Progresista concurrió a dar el debate, luego que el oficialismo reuniera el quórum reglamentario, contrariamente a lo que sucedió en el Senado, donde la mayoría del arco opositor optó por no asistir.
La diputada kirchnerista María Teresa García defendió la propuesta oficial y explicó, en cuanto al control de los fondos reservados, que "hay gastos que se van a poder dar públicamente", mientras que otros que tendrán el carácter de secreto, que sólo serán conocidos por la Comisión Bicameral de Fiscalización de los Organismos y Actividades de Inteligencia, que preside.
Lo propio hizo Diana Conti, también del Frente para la Victoria. La legisladora sostuvo que se acota la autonomía de los agentes y se transparenta parte de los fondos. "La inteligencia va a quedar subordinada al poder político y al Poder Judicial", argumentó.
La iniciativa, a la que le hicieron varios cambios en la Cámara Alta, establece que la Dirección de Observaciones Judiciales, la dependencia encargada de hacer las escuchas telefónicas, pasará al ámbito de la Procuración General de la Nación.
Se propone además transparentar los gastos de la AFI, salvo aquellos destinados a tareas de inteligencia, y la fijación de límites claros para la realización de investigaciones criminales por parte de los agentes de inteligencia, un punto reclamado por el Centro de Estudios Legales y Sociales. La ONG presidida por Horacio Verbitsky fue crítica del texto original, pero después se mostró conforme con los cambios.
Todo el personal de la SI pasará a la AFI, pero el proyecto faculta al actual secretario de Inteligencia, Oscar Parrilli, a jubilar a los agentes que cumplan con los años de aportes necesarios, es decir, a los que trabajan en el organismo desde la dictadura.