La “espina dorsal” del capitalismo es la explotación y su visión más descarnada es el neoliberalismo. Su implementación ha tenido consecuencias en la destrucción de los metarelatos y de la verdad histórica como en la cualidad iterable de asociar el concepto de capitalismo con otros conceptos aceptados ampliamente como
democracia, igualdad o libertad.
Esa disolución o resignificación conceptual también ha afectado al concepto de sujeto, el sujeto de la clase obrera o el sujeto patriarcal, y ha provocado un descentramiento de lo político entendido éste como lo material. Para abordar estas cuestiones, el artículo ahonda en la historia de vida de la teórica y activista Silvia Federici, en sus
influencias y fundamentos teóricos que, desde el marxismo y el feminismo, han complejizado la evolución histórica del capital y del sujeto de explotación en el capitalismo.
La caza de brujas fue un evento fundante de la sociedad moderna que permitió generar muchas de sus estructuras, como la división sexual del trabajo, la desvalorización del trabajo femenino y, sobre todo, la desvalorización de las mujeres en términos generales, al crear y expandir la ideología de que las mujeres no son seres completamente humanos, sino seres sin razón, que pueden ser más fácilmente seducidas por el demonio, etc. En este sentido, abrió la puerta a nuevas formas de explotación del trabajo femenino.
Silvia Federici