Tres banderas rodearon el pabellón central de la consigna "Ni Una Menos" en la multitudinaria marcha de este 8M en Mendoza: una de las amigas y familiares de Florencia Romano, y otros dos de las obreras de La Terre y de las trabajadoras Vitivinícolas. Poderosa síntesis de las consignas de lucha que tomaron este lunes las calles del centro.
Obreras, estudiantes, militantes políticas, sindicalistas, familiares y amigas de víctimas de femicidios. Cuerpos con vida que llevaban impresas las fotos de otras que ya no están. Trabajadoras que no quieren ser descarte.
En un extremo, la familia y las amigas de Florencia, asesinada a sus 14 años, por cuyo crimen y el rol de la policía en su desenlace aún se resisten a dar explicaciones el jefe de la Policía, Roberto Munives, y el ministro de Seguridad, Raúl Levrino.
En el otro, obreras de la fábrica recuperada La Terre, que ponen el cuerpo para llevar adelante la producción de una de las fábricas emblemáticas de la resistencia cooperativa, y trabajadoras vitivinícolas que se sumaron por el fin de la precarización laboral y porque las mujeres tengan una paga digna que les permita sostener sus hogares sin estar por debajo de la línea de pobreza o indigencia.
El frente de la marcha resumió así las consignas centrales de esta edición de la marcha: hacer frente a la justicia patriarcal y el rechazo a "pagar la crisis con nuestros cuerpos y territorios".