"Dejaron los pulmones y la vida en la mina El Aguilar". Así resumió Santos Jorge Cayo, su trabajo y el de sus compañeros en la mina jujeña, explotada por la multinacional con sede en suiza Glencore. Hoy, más de 400 empleados de la mina están desempleados.
En noviembre de 2020 la compañía de capitales extranjeros anunció el cierre por "declinamiento de recursos", que traducido es que a la montaña no se le pueden sacar más minerales. En consecuencia, ejecutó el despido de todos los trabajadores.
Después de meses de negociaciones, en las últimas horas, a 400 de esos trabajadores el Gobierno de Jujuy entregó -a través de un convenio con la Nación- un seguro de desempleo.
El 90% del pueblo depende de la mina
El campamento de Mina El Aguilar se enclava en el extremo norte del departamento de Humahuaca, a más de 4.000 metros de altura sobre el nivel del mar, y desde hace 91 años se extraen allí plomo y zinc.
Al calor del esfuerzo de cuatro generaciones de mineros se conformó el pueblo que lleva el mismo nombre, el cual cuenta con poco más de 3.500 habitantes, un municipio y un cuerpo de seis autoridades legislativas.
Además, se mantienen en ese lugar tres instituciones educativas y profesionales, el mercado de abastecimiento, centros de salud, seguridad y múltiples organizaciones civiles.
Las personas que permanecen en este poblado en su mayoría son oriundas de las localidades de Abra Pampa, La Quiaca y Humahuaca. El 90% de la mano de obra del pueblo vivía de la mina.
Santos Jorge Cayo, de 54 años, le dijo a Télam en una entrevista por el cierre de la mina: "Queremos aportar para jubilarnos y ahora nos abandonan con los aportes a medias. Quedamos inválidos. Se ve que la empresa quiere cerrar sí o sí y se va a cortar todo el movimiento de esta región. Los trabajadores consumen las producciones de pueblos aledaños y si se muere El Aguilar, se mueren muchos pueblos".
El minero recordó que sus pares "dejaron los pulmones y la vida en la mina El Aguilar", al tiempo que reseñó: "Yo también tengo problemas de salud que se producen en la jornada laboral. Nos esforzamos al máximo y todos tenemos afectaciones respiratorias".
Grave crisis para la región
"Si deja de producir la minera Aguilar pierde vida la región", sentenció Carlos Trejo, referente de la Asociación Obrera Minera (AOMA) en enero de este año. En ese momento los trabajadores aún percibían sus salarios de manera normal, situación por la cual todavía "no se desató un caos social".
No obstante, avizoró que la región "tendrá un grave problema social", por la merma inmediata del movimiento productivo y económico.
"Cuando se dejen de pagar los sueldos, esa rueda se va a frenar. Es lo que tiene que tener en cuenta el Gobierno jujeño a la hora de intervenir en el conflicto. La preocupación, incertidumbre y aflicción de la gente es muy grande porque todo es incierto. Esa desesperación de saber que en algún momento vas a perder tu trabajo se puede transformar en bronca", describió Trejo.
Desde AOMA se apela a "conservar las fuentes de trabajo", y por eso consideran que "el Estado tiene que responder y que una empresa no puede irse de la noche a la mañana".
La Compañía Minera Aguilar, del Grupo Glencore, justificó el cese de operaciones en el campamento "por la declinación de recursos".