Asesinaron en una reserva de Brasil a un biólogo y activista español que venía denunciando caza y deforestación ilegal

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Gonzalo Alonso Hernández fue encontrado sin vida bajo una cascada del Parque Cunhambebe, lugar que su esposa analizó como simbólico porque desde allí lanzó varias de sus proclamas ambientalistas. 

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El biólogo y ambientalista español Gonzalo Alonso Hernández fue asesinado en Brasil. Según las primeras investigaciones, el crimen estaría relacionado con las denuncias que la víctima venía realizando en relación a la caza y a la desforestación ilegal existente en la reserva natural de Lídice, una pequeña ciudad de Río Claro, a 131 kilómetros de Río de Janeiro. Hasta el momento, los principales sospechosos del asesinato son los cazadores furtivos de la zona, como así también los extractores de palmitos y quienes provocaban incendios para abrir espacios a la ganadería.

El biólogo español, de 49 años, fue encontrado sin vida el martes, bajo una cascada del Parque Cunhambebe, cercano a su casa, con varios disparos en el cráneo. Estaba desaparecido desde el domingo, cuando dejó a su esposa, María de Lurdes Pena Campos, en la terminal de micros de Lídice. Ese día, la mujer viajó hacia Río de Janeiro e intentó comunicarse telefónicamente con su marido, pero no obtuvo respuestas.

"Crimen ambiental". Con esas palabras, la policía local elaboró su primera hipótesis en torno al caso. "Alonso Hernández defendía especies en extinción, combatía la caza predadora en la zona y hay testigos que han dicho que eso estaba molestando a muchas personas", explicó el comisario Marco Antonio Alves, a cargo de la investigación. La policía todavía espera los informes periciales del Instituto Médico Legal de Angra dos Reis, donde se está realizando la autopsia del cadáver, y el procesamiento de las imágenes de una cámara de video instalada en las oficinas del Instituto Estatal de Ambiente (INEA), situadas dentro del parque.

Consultada por la prensa, la esposa de Alonso Hernández declaró ayer que su marido ya había tenido varias discusiones con los cazadores de la zona, extractores de palmitos y ganaderos que operan de forma ilegal en el Parque Cunhambebe, el espacio verde que el biólogo defendía desde la ONG Instituto Terra y el Consejo Municipal de Medio Ambiente de Lídice. En diálogo con el diario El País, de España, la mujer aseguró que la ejecución de su esposo se dio en su casa y que luego el cuerpo fue traslado por los asesinos hasta la cascada de agua de la reserva natural, un lugar que ella consideró "simbólico". Sucede que desde allí Alonso Hernández había hecho públicas muchas de sus denuncias.

La teoría de la mujer fue también sostenida por la policía, que tras inspeccionar la casa del fallecido biólogo confirmó la existencia de sangre en la puerta de entrada y el robo de una computadora en la que había una gran cantidad de información respecto de las mencionadas denuncias ambientales. El hogar, además, tenía la luz y la línea telefónica cortadas.

Alonso Hernández vivía en Brasil desde 2003, cuando fue traslado desde España por la empresa Telefónica para dirigir la compañía de telefonía móvil VIVO. Dos años más tarde dejó su cargo para dedicarse exclusivamente al trabajo ambiental.

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