“En tan solo ocho minutos vinieron a pegarnos. Casi matan a Flavio, le rompieron el tabique en tres partes”. La voz de Macarena Limousin, esposa de Flavio González, vecino agredido por una patota vinculada a la UOCRA en Uspallata n enero, quebró el silencio institucional durante la audiencia pública convocada por el Gobierno y la empresa minera San Jorge.
Su testimonio, cargado de dolor, memoria y denuncia, se convirtió en el eje de una jornada marcada por la tensión entre el relato oficial y la resistencia territorial contra la megaminería.
Uspallata, el paraíso que resiste
Macarena vive en Uspallata desde hace 13 años. “Me ha dado todo. En principio un amor y luego una familia, ya que soy mamá de un pequeño defensor del agua que se llama Lucas y que tiene 6 años”, dijo ante los presentes. Su relato comenzó con una descripción amorosa del pueblo cordillerano: “Para mí Uspallata es un paraíso, no solo por su paisaje, sino también por todos los seres vivos que habitan esta tierra, como su flora y fauna autóctona, su riqueza arqueológica ancestral y cultural”.
La persecución de la protesta ejecutada por el Gobierno Alfredo Cornejo alcanzó un hito con el encarcelamiento de dos vecinos sin pruebas en su contra
La mujer recordó con ironía la entrega de una placa de la ONU que nominaba a Uspallata como “el mejor pueblo del mundo”: “Ese día uno de los funcionarios que entregó la placa estaba muy orgulloso y quería la fotito con nosotros. Y ahora hace dos días lo oí hablando en favor de este proyecto. Ironías de la vida”.
El día que la violencia llegó al pueblo
El 24 de enero de 2025, durante una marcha pacífica contra la instalación de una oficina de la Cámara de Proveedores Mineros, se desató el ataque. “Ha venido con una patota de la UOCRA y en un lapso muy corto de tiempo, ocho minutos para ser exactos, lo tengo cronometrado”, relató Macarena. “Ese día vinieron a pegarle a los vecinos y a las vecinas de Uspallata, incluida quién les habla”.
Su esposo fue uno de los más afectados. “Le rompieron la tráquea en tres partes y lo han lesionado en varias partes de su cuerpo. Hoy día tiene secuelas por eso”, denunció. La causa judicial, caratulada como “lesiones graves”, sigue estancada seis meses después. La APDH Regional Mendoza exigió formalmente a la Unidad Fiscal de Homicidios y Violencia Institucional que se investigue el expediente N° P-11616/25.
Mauricio Cornejo, el vecino que salvó una vida y terminó preso
En medio del ataque, Mauricio Cornejo, comerciante local, acudió en ayuda de Flavio. “Nos ha salvado la vida a mí y a Flavio”, dijo Macarena. Cornejo utilizó un matafuego para dispersar a los agresores. Su local también fue atacado. Días después, fue denunciado por supuestas amenazas contra Edgardo Vera, titular de la Cámara de Proveedores Mineros, y pasó 23 días preso.
“Han metido presos a compañeros que solamente defienden el agua”, denunció Macarena. “No le creo nada a este gobierno, no le creo nada a Cornejo, no le creo nada a Lopresti”.
“¿De verdad pretenden que les creamos?”
El testimonio de Macarena no solo expuso la violencia sufrida, sino también la desconfianza profunda hacia las autoridades. “¿De verdad pretenden que les creamos? ¿Que son los verdaderos actores de Uspallata? No. Jamás”, afirmó. “No somos antimineros ni oligarcas ni terroristas, como se han encargado algunos medios de comunicación y algunos a los que la palabra periodista les queda muy grande”.
La mujer también cuestionó la ausencia del Estado en el territorio: “¿Será que esta ausencia total del Estado es parte de un plan sistemático para que la única salida sea la megaminería?”
La audiencia como escenario de resistencia
La audiencia pública convocada por el Gobierno y la empresa San Jorge se convirtió en un espacio de catarsis colectiva. Macarena cerró su intervención mostrando imágenes de las secuelas físicas que sufre Flavio: “Así han dejado a Flavio. Hay una causa judicial en curso la cual claramente va a ser cajoneada”.
Un pueblo partido por la minera San Jorge, crónica desde Uspallata
Su testimonio fue uno de los más comentados en redes y medios alternativos. “Quiero agradecer a todos los vecinos por bancar y defender a Uspallata en todas las oportunidades que ha sido necesario, a los medios alternativos que cuentan la verdad. Si no fuera por ellos, nada de todo esto se sabría”.
Un conflicto que sigue abierto
La instalación de la mina de oro y cobre San Jorge en Uspallata ha generado una fuerte oposición social desde hace años. La Asamblea por el Agua, junto a organizaciones ambientales, culturales y de derechos humanos, ha denunciado reiteradamente los riesgos ambientales, el avance corporativo y la criminalización de la protesta.
El testimonio de Macarena Limousin no solo expone una agresión puntual, sino que condensa el dolor, la dignidad y la resistencia de un pueblo que se niega a ser zona de sacrificio. “Uspallata no se vende”, dijo con firmeza al acabarse sus 5 minutos de exposición.