
Con un índice de pobreza que alcanza el 42,2%, el Gran Mendoza se posiciona como uno de los aglomerados urbanos más afectados del país en términos sociales y económicos. Lejos de los estándares de desarrollo de otras ciudades con poblaciones similares, la región no solo registra los ingresos laborales más bajos, sino que también muestra una pobreza que supera a la de Córdoba, Rosario y La Plata. Ante ese escenario, Alfredo Cornejo apuesta su capital político a un viejo pero polémico recurso: la minería.
Con un 42,2% de pobreza, Gran Mendoza supera en este indicador a otros cuatro grandes aglomerados urbanos de tamaño similar, según los datos difundidos por el INDEC.
Mendoza exhibe números de provincia fundida tras 10 años del cornejismo en el poder
Tras 10 años con Cornejo manejando los hilos del poder en Mendoza, esta provincia presenta una incidencia de pobreza comparable al promedio del Noroeste, que asciende al 42,8%, según el instituto nacional, e incluso supera el registro de La Rioja, donde la pobreza fue del 41,2% y a Gran Tucumán, que tiene 40,8%.
En el segundo semestre, la pobreza en Mendoza sobrepasó el promedio nacional de los aglomerados con más de 500.000 habitantes, que se ubicó en el 37,4%.
Según los datos oficiales, Mendoza tiene un índice de pobreza más alto que Córdoba, Paraná, La Plata y Rosario, pero es ligeramente inferior al de Santa Fe. En cuanto a indigencia, Mendoza presenta un porcentaje menor que Córdoba, Paraná y Rosario, pero supera a La Plata y Santa Fe.
La minería como supuesta tabla de salvación
Durante su participación en el encuentro de Women in Mining Argentina (WIM), en el Espacio Arizum Cornejo reafirmó su convicción de que el desarrollo minero será la herramienta clave para revertir los índices de pobreza; que arrecia en Mendoza.
Propuso también incluir a las mujeres como parte fundamental de la nueva matriz productiva. “La minería ha sido tradicionalmente entendida como una actividad de hombres. Es difícil instalar el concepto aspiracional de que las mujeres también pueden y deben formar parte”, sostuvo.
Avanzar pese a la resistencia social
Cornejo asumió que su plan implica enfrentar resistencias sociales y políticas, pero se mostró dispuesto a asumir “costos en el corto plazo” con la esperanza de beneficios futuros para las próximas generaciones.
“Primero, tenemos que hacer minería en Mendoza. Y en eso estamos trabajando: contra mitos muy firmes y con una conversación racional, madura, adecuada al desarrollo de la provincia y del país”, remarcó Cornejo.
El evento contó también con la presencia del presidente de CAEM, Roberto Cacciola, quien subrayó los avances en la participación femenina dentro de la industria extractiva, aunque advirtió que aún persisten barreras culturales. La presidenta de WIM, Laura Hernández, celebró el encuentro en Mendoza y destacó tanto el potencial geológico como el “compromiso” del gobierno local con la actividad.
En un contexto donde el debate sobre el desarrollo minero sigue siendo uno de los más polarizantes de la agenda pública provincial, el discurso oficial se afianza sobre una doble promesa: reducir la pobreza estructural y democratizar el acceso a las oportunidades que, aseguran, la industria puede ofrecer. El tiempo dirá si la apuesta encuentra respaldo social o si se convierte en un nuevo capítulo de tensiones en una Mendoza que ya no puede mirar hacia otro lado.